Rajoy abre la puerta ante Merkel a admitir más refugiados
El presidente asegura que la posición de España es "flexible" y será "muy constructiva"
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha mostrado dispuesto a incrementar el cupo de 2.739 refugiados que hasta ahora ha aceptado España en el reparto interno de la UE —menos de la mitad de los que le pide la Comisión Europea—, aunque ha pedido que se revisen los criterios de distribución y no se ha pronunciado sobre su carácter obligatorio.
En una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, Rajoy ha dicho que el Gobierno ha sido "siempre flexible", que su posición es "muy constructiva" y que "se puede modificar" el actual tope en la reunión que los ministros de Justicia e Interior europeos mantendrán el próximo día 14. "La Comisión había hecho una propuesta, nosotros negociamos y al final, tomamos la decisión esta, los 2.739. Estamos dispuestos a volver a hablar del tema, por lo que esta es una posición que puede modificarse pero hay cosas que tiene que hacer la Comisión Europea", ha señalado el presidente en rueda de prensa conjunta con la canciller alemana Angela Merkel. El presidente ha precisado que, "de momento", España ha aceptado a 1.300 refugiados que ya están en la UE y a otros 1.439 en los países de origen y añadir que en los últimos meses se ha triplicado el número de peticiones de asilo en nuestro país.
Eso sí, Rajoy ha cargado la mayor parte de la responsabilidad de la parálisis europea ante la actual crisis migratoria sobre los hombros de Grecia e Italia, los dos principales países de entrada de refugiados, y sobre la propia Comisión Europea. De los primeros ha dicho que es "muy urgente" que pongan ya en marcha los centros de registro donde se determine qué personas tienen derecho al asilo y cuáles deben ser repatriadas a sus países de origen, ya que de otra forma no pueden aplicarse los acuerdos adoptados hasta ahora; y a la Comisión le ha instado a que "haga su trabajo" y actúe con "decisión, determinación y coraje" para poner en marcha una política común de asilo y una global de inmigración.
Merkel ha evitado culpar a España de cicatería —pese a que sus cifras son ridículas en comparación con las 800.000 solicitudes que espera recibir Alemania este año— y ha llamado a evitar que los socios europeos se culpen unos a otros, pero se ha mostrado o satisfecha de que Rajoy acepte el principio del "reparto equitativo" de los refugiados entre los miembros de la UE.
El presidente español ha aceptado dicho "reparto equitativo", pero no se ha pronunciado sobre su carácter vinculante, como propugna Berlín, con el argumento de que el acuerdo al que se llegó es precisamente que no hubiera imposiciones para nadie. Ha reclamado también que se revisen los criterios de reparto, para que se tengan en cuenta no solo el PIB de cada socio, sino también el esfuerzo en el control de la inmigración ilegal –España se presenta como garante de la frontera sur de la UE-- y también su nivel de desempleo.
En lo que ambos han estado de acuerdo es en la necesidad de avanzar hacia una política común de asilo, con la armonización de las legislaciones nacionales y la elaboración de una lista de “países seguros” cuyos nacionales no serían susceptibles de obtener el estatuto de refugiado. Rajoy también ha pedido que los derechos sociales a los que aceden los refugiados sean “similares” en todos los países de la Unión y que se condicione la ayuda a los países emisores de emigrantes a la firma de acuerdos de repatriación. El presidente español no se ha pronunciado sobre la vigencia del Convenio de Dublín, que actualmente rige la concesión del asilo en la UE y que Merkel considera obsoleto e inoperante.
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