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El debate soberanista salpica Valencia

El PP agita el fantasma del imperialismo catalán contra la Generalitat de Puig y Oltra

Miquel Alberola

Desalojado del poder y acosado por la corrupción, el PP valenciano ha encontrado en el proceso soberanista catalán una oportunidad para recomponerse frente a la alianza de izquierdas (PSPV-Compromís) que gobierna la Generalitat. La nueva presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, ha recuperado la supuesta amenaza del imperialismo catalán, que tanto rédito electoral le dio.

Mientras el presidente valenciano, Ximo Puig, se ofrece como intermediario al catalán, Artur Mas, para encajar a Cataluña en una posible reforma de la Constitución que evite la opción independentista, el PP intensifica la presión presentando al Gobierno valenciano como cómplice del independentismo.

La simpatía del consejero de Educación Vicent Marzà (Compromís) con el proceso soberanista, expresada antes de ser nombrado en el cargo, ha centrado en las últimas semanas toda la artillería del partido de Bonig.

Los equilibrios hechos por Puig en sus declaraciones, distanciándose de la idea de los Países Catalanes, lejos de apagar el fuego, han extendido las llamas a los sectores independentistas catalanes. El consejero de Justicia catalán, Germà Gordó, de Convergència i Unió, recriminó el sábado a Puig que rechazara los Países Catalanes y aseguró que “Cataluña no se olvida del resto de territorios de habla catalana”. Incluso se mostró partidario, en una eventual Cataluña independiente, de conceder la nacionalidad a “todos los ciudadanos del resto de los Países Catalanes”.

La declaración de Gordó ha servido de alfombra para meter al PP valenciano en el escenario deseado. Bonig, que tildó ayer las palabras del consejero catalán de “afrenta” y “vergüenza”, arremetió ayer contra Puig, vinculando las estas manifestaciones con su reunión con Mas. El PP instó a Puig a “parar los pies” a quienes “no solo quieren romper a España, sino arrastrar a la Comunidad Valenciana”. De lo contrario, “será la prueba manifiesta de que da cobijo a representantes favorables al separatismo”.

Gordó también encontró ayer una réplica en Cataluña de Ramon Espadaler, candidato de Unió Democràtica, quien advirtió de que “la voluntad de ser nación, pese a compartir una lengua e historia comunes, corresponde a la Comunidad Valenciana”.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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