¿Trama del PP o contra el PP?
Este rayo que no cesa nos devuelve a episodios como el del tesorero Luis Bárcenas
Sería una grave injusticia, como gustaría escribir Luis María Anson, aprovechar el informe de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) con grabaciones a Eduardo Zaplana que le señalan como conseguidor de la trama, para implicar al Partido Popular en la Operación Púnica. Primero, porque —como preguntó airado Jordi Pujol— ¿quién coño es la UCA? Segundo, porque de una persona de tan dilatada y transparente trayectoria de servicio público —exalcalde de Benidorm, expresidente de la Comunidad Valenciana, exministro de Trabajo, ex ministro portavoz del último Gobierno de José María Aznar (qDg), exportavoz del grupo parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados durante la primera legislatura liderada por Mariano Rajoy en la oposición—, sería temerario pensar que formara parte de trama alguna. Tercero, porque el acompañamiento de los acreditados hermanos Martínez Pujalte, practicantes del asesoramiento verbal, y de la relaxing Ana Botella, sería un rotundo mentís a cualquier maligna insinuación.
En todo caso, este rayo que no cesa, encendido por los triunfalistas de la catástrofe, que ladran su rencor por las esquinas, nos devuelve a episodios ya conocidos como el del tesorero nacional del PP Luis Bárcenas, con su contabilidad b y su canesú de 47 millones de euros expatriados. Menos mal que en el mismo momento de su revelación pública, la secretaria general encargada de Génova 13, nuestra señora de Cospedal, subrayó con su autoridad característica que esos caudales debían ser fruto de la vid y del trabajo del hombre (LB) y desmintió cualquier relación de esos euros con el PP.
Estábamos prevenidos por el estallido del caso Gürtel que se quiso circunscribir a la nómina de los invitados a la boda real de El Escorial, donde casaron el yernísimo, Alejando, y Ana, la prenda de la familia. Pero tenemos aprendido del Abc verdadero que “el fruto sano se zocatea enseguida si no se le separa a tiempo del que está cedizo” y la cuestión se zanjó con declaraciones solemnes.
Hubo que aclarar, de una vez por todas, que Bárcenas y Gürtel no eran la trama del PP pregonada por algunos y dedicada a captar fondos a cambio de lucrativas concesiones sino, por el contrario, otra muy distinta que sangraba al PP, en unos casos, y, en otros, se valía de modo inicuo de su nombre para llevar a cabo sus fechorías. Se trataba de verdaderos parásitos que se habían ido incrustando con engaño en la misma médula de la organización con el intento, a veces consumado, de sorprender la buena fe de sus superiores de la cúpula, ajenos al fraude. Una vez decidido que las carencias de Mariano Rajoy hayan de cubrirse con mayores dosis de Rajoy, verdadero as de la comunicación, la consigna va a ser saturar los medios de “recuperación económica” y señalar a quienes denuncian la corrupción como boicoteadores de las mejoras en camino, que pondrían en peligro si accedieran al poder.
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