París reconoce a los combatientes españoles que la liberaron
El Rey inaugura con la alcaldesa Anne Hidalgo el jardín municipal dedicado a aquella gesta
Maurice Courdesses tenía entonces veinte años. Perseguido por los nazis, estaba escondido en Limoges, a 400 kilómetros de París, cuando oyó por la radio que la capital había sido liberada. Recorrió esa distancia en bicicleta y se alistó en La Nueve, la primera compañía, formada casi en su totalidad por republicanos españoles, que entró en París el 24 de agosto de 1944. El 3 de junio de 2015 quedará fijada como una fecha de reparación histórica. Un rey, el de España, ha homenajeado en la capital francesa a aquellos republicanos que sufrieron el exilio y el olvido. Esta monarquía encarna, dijo la alcaldesa Anne Hidalgo, la joven España reconciliada.
Courdesses tiene ahora 92 años y es el presidente nacional de los antiguos combatientes de la división Leclerc a la que pertenecía La Nueve. Este 3 de junio ha ocupado un puesto de honor junto a los reyes de España en la inauguración del jardín adyacente al Ayuntamiento de París bautizado ahora como “Jardín de los combatientes de La Nueve”. A su lado, el abanderado Roger Doré, de 91 años, la periodista Evelyn Mesquida, autora de La Nueve. Los españoles que liberaron París, y Colette Dronne-Flandrin, la hija del capitán Dronne, el jefe de esa compañía a la que la historia oficial francesa dio durante años la espalda.
El trabajo de Hidalgo, nacida en Chiclana (Cádiz), nieta de exiliados e hija de emigrantes, y el de Evelyn Mesquida han sido cruciales para llegar a lo que la hija de Dronne califica como “día de justicia”, el del 3 de junio de 2015. “Día de símbolo y reparación”, añade Mesquida. Día también a medias amargo porque ninguno de los supervivientes españoles ha podido acudir al solemne acto organizado por Hidalgo. Solo son dos: Luis Royo, de 94 años, gravemente enfermo, y Rafael Gómez, de la misma edad, que tiene estos días internada a su mujer. A ambos los ha recordado Felipe VI en su discurso del imponente salón de fiestas del Ayuntamiento de París.
Doré conoce bien a Gómez y a su mujer. “Que no hayan venido no es buena señal”, dice luciendo sus medallas y bandera. Y recuerda cómo fue aquella primera entrada de las fuerzas aliadas representada por La Nueve, una compañía de 160 hombres, 146 de ellos españoles. “Dronne echó mano de un hombre que conocía bien los barrios de París y fue el que condujo a La Nueve hasta el Ayuntamiento sin un solo disparo. El único problema de Dronne fue el de ir levantando las barricadas previamente”. La alcaldesa completaba el relato en su discurso junto a los reyes: “Fueron los primeros en reunirse con los parisienses aquí mismo, en la explanada del Ayuntamiento. Durante algunas horas, esos héroes que apenas hablaban francés encarnaron la aspiración de todo un pueblo”…”Dronne cuenta en sus memorias el asombro de los parisienses cuando oían hablar en castellano a quienes creían americanos”.
La historia oficial francesa ignoró durante años la participación española en la liberación de París. Francia necesitaba recuperar su autoestima y creer en su propio valor. Así lo consideró el general De Gaulle. Muchos de aquellos combatientes, que no podían regresar a la España de Franco, se afincaron en Francia, donde han vivido modestamente sin reconocimiento hasta que hace dos años gente como Evelyne Mesquida logró que la República Francesa les concediera a algunos supervivientes la legión de honor. El empuje de Anne Hidalgo ha hecho el resto. Ni siquiera François Hollande pudo evitar citar a La Nueve en la cena de gala del martes en el palacio presidencial.
“Los combatientes españoles eran hombres que habían luchado contra Franco durante la guerra civil y habían sido transportados a África del Norte”, cuenta Courdesses. “Ahí es donde Leclerc los recluta porque había oído decir que eran soldados experimentados y aguerridos. Y, efectivamente, eran magníficos combatientes”. “Los españoles estaban siempre en primera línea en los momentos más difíciles”, corrobora la hija de Dronne. Courdesses se sumó a ellos tras la liberación de París y recuerda aquel verano mágico de 1944. “París estaba feliz. Se recuperaron los bistrós y la iluminación porque durante la ocupación hubo resistencia pasiva. De golpe, los parisienses recuperaron la libertad y la alegría de vivir”.
Ocho décadas después, que un rey homenajee a unos republicanos es la mejor muestra, según Anne Hidalgo, de esta nueva España que ha “pasado página de sus horas oscuras” y a la que París “acoge con los brazos abiertos”.
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