De augures y arcanos
Aunque siguen siendo los más votados precisarán del apoyo de los emergentes Ciudadanos y Podemos
Finalizamos una semana de encuestas, ritualmente evisceradas por los augures en vaticinio de resultados electorales. Pero, visto lo visto en Reino Unido —donde la cadena de dimisiones debería haber comenzado por los propios encuestadores—, parece arriesgado cerrar aún la ronda de apuestas. Ya sabemos por experiencia que el principio de incertidumbre que dio pie a la física cuántica —el observador influye en lo observado— también rige en la dinámica electoral; las encuestas reflejan una tendencia al tiempo que la condicionan. Por eso, desde la cautela, jugaremos a extraer alguna enseñanza de las vísceras mostradas al sol. Lo obvio: el PP cae y precisará de apoyos para mantener muchos de sus feudos tradicionales mientras que el PSOE no alcanza a suplir la supremacía popular. Aunque siguen siendo los más votados precisarán del apoyo de los emergentes Ciudadanos y Podemos.
El fuerte malestar ocasionado por la severa crisis económica y la corrupción tuvo como consecuencia lógica la aparición de partidos que canalizaban la irritación. La irrupción de Podemos fue fulgurante y su ascenso resultó imparable, al punto de convertirse durante varios meses en la primera fuerza en intención de voto. Parecía entonces que España sería una nueva Grecia. Las elecciones andaluzas dictaron su veredicto: España no sería Grecia, ni Podemos su Syriza. Desde entonces, la joven formación desciende en intención de voto sin que vislumbremos aún su fondo. IU, al que muchos daban directamente por muerto, seguirá en una dolorosa agonía, pero sin desaparecer. Atención, que se otea en el horizonte una unión de los izquierdistas varios.
España deja de ser un bipartidismo perfecto y balanceado por los nacionalistas. Sus principales actores siguen vivos, aunque muy debilitados, sin quedar, por ahora, orillados en la melancolía de la historia, como llegaron a pensar los emergentes. Avanzamos hacia un débil bipartidismo imperfecto, donde el álgebra de pactos configurará nuevas mayorías de gobierno. Ciudadanos y Podemos decidirán el color de muchos gobiernos. ¿Se conformarán con ser simples bisagras entre los actores tradicionales? ¿Aspiran a más? ¿Tienen contenido para esa ambición? ¿Levitan, inflados por el fatuo gas de la coyuntura? Ya veremos, queda mucho por escribir y muchas sorpresas por saltar. Esto dijeron esta semana los augures. Nosotros, prudentes, sabemos que el arcano está custodiado bajo las urnas por venir.
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