Los perfiles de los premiados en los Ortega y Gasset
Teodoro Petkoff: "Este premio supone un gesto político importante en la vida de Venezuela"
La libertad de expresión fue un tema recurrente en la entrega de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo. Una gala marcada por la ausencia de Teodoro Petkoff, de 83 años, símbolo de la resistencia democrática en el periodismo de Venezuela. Estos son los perfiles de los premiados.
Teodoro Petkoff: Un gesto de gran valor político
El Gobierno venezolano ejerce una enorme presión y restringe el ejercicio pleno de la libertad de expresión
“Soy un conocido activista político opositor al régimen venezolano. Este premio, además de una gran alegría personal, supone un gesto político importante en la vida de Venezuela”. Desde su casa de Caracas, a Teodoro Petkoff se le siente cercano. Al otro lado del teléfono, el periodista y fundador del diario Tal Cual no oculta su satisfacción y orgullo por este galardón que “no es estrictamente literario”. “Quienes me dan el premio saben que también premian a una persona incómoda y a la vez expresan una opinión política”.
Petkoff lleva desde diciembre pasado sin poder salir de su país. Y no solo le sucede a él. Muchas personas de la oposición han visto denegados los permisos para viajar fuera de Venezuela. “Sufrimos la incompetencia de nuestros gobernantes. El régimen autoritario del presidente Nicolás Maduro acosa la vida democrática de los venezolanos, restringe la libertad de expresión e impide el ejercicio pleno de la misma”.
Sabe el periodista que vivirá en la lejanía uno de sus más emotivos momentos profesionales y personales. Parte del consuelo vendrá no solo por el galardón, sino por la persona encargada de recogerlo, el expresidente socialista Felipe González. ¿Le ha transmitido algún mensaje? “A Felipe no hay que indicarle lo que tiene que decir. Para mí es una enorme satisfacción y un honor muy grande que sea él quien en estas circunstancias recoja este premio”. González ha aceptado la defensa de los líderes opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma, recluidos en una cárcel militar. Por ese motivo, que las autoridades del país latinoamericano han declarado al expresidente español persona non grata y han insinuado que se le podría impedir la entrada al país.
El veterano informador asume que el Premio Ortega y Gasset lo recibe como reconocimiento a una trayectoria vital, pero no la suya, sino la del diario Tal Cual, que fundó hace 15 años y que se ha convertido en una referencia política y periodística insoslayable en la vida de la nación.
Acosado económicamente por el rosario de multas impuestas por el régimen de Venezuela, Tal Cual se vio obligado hace un par de meses a suspender su publicación impresa diaria y centrarse únicamente en la información en el formato digital. “El Gobierno nos impidió seguir circulando, pero mi aspiración es retomar el papel en 2016 y hacerlo diario. No pierdo la esperanza”, dice Petkoff.
Gerardo Reyes: Escarbar en la noticia
A Gerardo Reyes le gusta recordar el calificativo que dio el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a los periodistas de investigación: les llamó escarbadores de estiércol. Hoy la expresión sigue vigente. “Nuestro trabajo es rebuscar en la basura”, afirma el reportero colombiano, de 57 años, premiado por Los nuevos narcotesoros, un crudo retrato sobre las mafias que controlan el negocio de la minería en Latinoamérica y el desastre ecológico que provoca. “Donde antes se oían los pájaros y había una tupida naturaleza, hoy el ruido proviene de excavadoras y explosivos”, se lamenta el periodista de Univisión que, con su equipo, dedicó tres meses a destapar una violenta red que desde México, Perú y Colombia explota el negocio del oro y el hierro y ha desplazado a las mafias de la droga por su facilidad para lavar el dinero.
El trabajo premiado, acompañado de un documental, vio la luz en la web del canal hispano de EE UU. Reyes está convencido de la grandeza del periodismo digital por la perfecta combinación de lenguajes complementarios. Reyes nunca tirará la toalla porque el periodismo libre e independiente provoca “no solo dolores de cabeza, sino premios que lo reconocen. Los Ortega y Gasset son el ejemplo”.
P. Simón y A. Di Lolli: Otra mirada al expolio
Cuatro meses y 8.000 kilómetros de carretera para volver a mirar la impunidad que se escondía detrás del despilfarro y el expolio. El periodista Pedro Simón y el fotógrafo Alberto di Lolli tiraron del hilo por toda España de esas obras que demostraban la onda expansiva vivida en este país, a costa del dinero público, de las constructoras amigas de los políticos, las ilegalidades y los atentados al medio ambiente. Fueron 10 reportajes publicados en el diario El Mundo bajo el epígrafe La España del despilfarro. “Podían haber sido muchos más”, dicen los autores, que denuncian la situación de impunidad de los implicados.
“Todo se puede volver a contar. El foco hay que ponerlo no solo en el paisaje sino en el paisanaje, en la gente afectada y en los pueblos que han quedado frustrados y sin futuro. Lo importante es la mirada y no dejar de contar las cosas que están sin resolver”, sostienen Simón y Di Lolli. Defienden el periodismo de segunda velocidad, ese que exige una nueva mirada, y están convencidos de que este premio es el espaldarazo para continuar teniendo el apoyo de los medios para seguir contando historias. “El periodismo ciudadano no tiene que ser alternativo. Hay que reivindicar el periodista bien pagado”.
José Palazón: Imagen de insolidaridad
Quince años estuvo esperando José Palazón la foto. Y, al fin, el 22 de octubre del año pasado, pudo hacerla. Ese día la Guardia Civil le paró en uno de los muchos controles antes de llegar a la frontera de Melilla donde una valla separa España de Marruecos. Estaba a 500 metros y tuvo que darse la vuelta. Pero ya había visto la escena tan anhelada: varios subsaharianos encaramados a lo alto de la valla ante los verdes jardines de un campo de golf. “Subí a un pequeño monte, me metí en una cueva donde se suelen esconder los inmigrantes sin papeles y allí estuve durante una hora sin moverme. La escena era real, no era una foto y no podía dejar de disparar la cámara”, recuerda Palazón, activista en favor de los derechos humanos en Melilla, fundador y presidente de la Asociación pro Derechos Humanos de la Infancia.
Su primer juguete fue una cámara de fotos, pero ninguna de las instantáneas tomadas por este profesor han sido retribuidas. “Nunca he cobrado por una foto. Lo mío es el activismo comunicativo”, dice.
Al recoger el premio ayer, Palazón no olvidó el mensaje que le trasladó un día un joven africano en el monte Gurugú: “Somos clandestinos y somos negros, pero tienen que saber que también somos hombres”.
La libertad de expresión en Venezuela no está del todo amenazada, según el periodista, pero sí claramente acosada. “El Gobierno ejerce una enorme presión y restringe el ejercicio pleno de la libertad de expresión”. Pero de nuevo Petkoff hace gala de su infatigable optimismo y asegura que “no hay mal que cien años dure”. “Las cosas no han ido a peor porque una parte importante de los ciudadanos venezolanos ha impedido que el Gobierno llegue a extremos dictatoriales. El país ha reaccionado y se ha enfrentado al régimen”, afirma.
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