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El Consejo de Europa critica el estado de los centros para inmigrantes

Algunos extranjeros denuncian sufrir malos tratos, según un informe

Belén Domínguez Cebrián

Insultos, trato vejatorio, intimidación e, incluso, agresiones físicas y psicológicas. El pasado verano, la delegación contra la tortura del Consejo de Europa —una institución integrada por 47 países con sede en Estrasburgo (Francia)— visitó cuatro puntos muy concretos de España:el CETI de Melilla, los CIE de la Zona Franca (Barcelona), Aluche (Madrid) y la llamada sala de rechazo del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas. Se trata de cuatro centros de inmigrantes donde la delegación pudo observar las condiciones inhumanas en las que muchos extranjeros son aún tratados por las autoridades españolas, según un informe publicado hoy por la institución.

“Durante nuestra visita en 2014 [la anterior fue en 2011] no encontramos progreso alguno en las condiciones de detención” en los CIE de Aluche y el de la Zona Franca, señala la delegación. Este grupo de prevención de la tortura y prácticas inhumanas considera “humillante” el hecho de que los agentes de policía continúen llamando por el número de detención a los extranjeros en lugar de por su nombre. “Las autoridades españolas deben poner fin a esta práctica”, recomienda al documento de 25 páginas. Además, durante esta última visita los propios miembros de la investigación pudieron escuchar cómo determinados agentes de policía en la Zona Franca insultaban a los extranjeros. “El comportamiento en el [CIE] de Aluche era adecuado”, comparan.

Las apariencia de “prisión” de los centros preocupa al organismo

El aspecto de “prisión” de los centros de Madrid y Barcelona es otra de las preocupaciones del Consejo de Europa que además resalta la imposibilidad de los internos de ir al baño durante siete horas seguidas: desde las doce hasta las siete de la mañana, pues en las “celdas” —cerradas durante la noche a cal y canto— no hay aseo.

El Consejo de Europa resalta la sobreocupación de las celdas, a pesar de que haya muchas vacías: “Hay hasta ocho personas en celdas de 24 metros cuadrados”. En el centro barcelonés, además, no es raro encontrar chinches, según confirma el grupo de trabajo.

Pero a las penosas condiciones en las que se encuentran estos centros, se suman las riñas entre los propios extranjeros y la pasividad de las autoridades —que incluso aconsejan cómo pelear mejor— de la Policía, hace que la situación sea más complicada para los que allí residen; 136 en el centro de Aluche y 94 en el de Zona Franca.

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Los cuatro miembros de la delegación —Celso Dan Neves Manata, Ivona Todorovska, Anton Van Kalmthout y Olivera Vulic— pudieron observar, sobre todo en el CIE de la Zona Franca, cómo la violencia es “frecuente” aunque esta vez entre los propios internos: subsaharianos y árabes. El informe justifica los acontecimientos a una “falta de entrenamiento de los agentes para trabajar con diferentes culturas”.

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