La empresa BNK pide 10 hectáreas de suelo público para pozos de ‘fracking’
Requiere, además, 21 parcelas en Burgos para captar el agua que necesita para su proyecto
La canadiense BNK, que aspira a ser la primera empresa que usa la controvertida técnica del fracking en España, necesita 103.136,06 metros cuadrados de suelos municipales (más de 10 hectáreas) solo para poder instalar las plataformas con las que pretende perforar hasta seis pozos exploratorios, que alcanzarían una profundidad máxima de 4,5 kilómetros. Para hacerse con estos terrenos públicos —englobados dentro del proyecto Sedano, al norte de Burgos— necesitará que la Administración autorice su ocupación temporal. Varios municipios se han negado a venderle o alquilarle las tierras.
Para los otros seis sondeos que quiere hacer también en la provincia de Burgos —incluidos en el proyecto Urraca—, la compañía ya ha adquirido tres parcelas de 106.450 metros cuadrados.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este miércoles el inicio del proceso de información pública de estos dos proyectos. La empresa persigue que la Junta de Castilla y León (en el caso de Sedano) y el Gobierno central (en Urraca) le concedan las declaraciones de impacto ambiental favorables para utilizar la fractura hidráulica. De momento, y aunque se incluyen hasta 12 perforaciones, se trata de sondeos exploratorios. Sin embargo, en la información publicada en el BOE también se apunta a que "se realizarán ensayos de producción".
BNK es una de las empresas que más lejos ha llegado, desde el punto de vista administrativo, en su intención de usar esta técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales en España, que consiste en inyectar a través de un pozo agua a presión mezclada con arena y productos químicos para romper la roca en la que se aloja el gas. Ahora, las Administraciones, asociaciones y particulares podrán alegar contra los proyectos, que cuentan con un amplio rechazo en los cinco municipios burgaleses afectados.
Los pozos, según la información del BOE, se ubicarían en los términos de Medina de Pomar, Merindad de Cuesta Urría y Villarcayo, en el caso de Urraca. Las perforaciones del otro proyecto estarían en Merindad de Río Ubierna y Valle de Sedano.
En los lugares elegidos para instalar las plataformas, BNK haría primero la "adecuación de terrenos", "cerramientos" y la construcción de "balsas de almacenamiento de agua limpia y balsas de escorrentía".
Pero los trabajos no se limitarán a esas parcelas, también necesitaría utilizar otras colindantes. Para poder lograr el agua que BNK necesita para el proceso de inyección y demás trabajos, la empresa solicita también en los expedientes publicados en el BOE la ocupación temporal de 21 parcelas más. La inmensa mayoría de estos terrenos son públicos; pertenecen a Ayuntamientos de la zona, juntas vecinales, al Ministerio de Fomento y la Confederación Hidrográfica del Ebro. Solo una de esas parcelas de donde la compañía quiere captar el agua es propiedad particular.
El excesivo empleo de agua es uno de los problemas que habitualmente se le achaca al fracking. BNK sostiene que "utilizará aproximadamente 2.000 metros cúbicos durante la etapa de perforación". Luego, cada vez que emplee la "estimulación hidráulica" necesitará 1.000 metros cúbicos más. En la información publicada ayer en el BOE, no aparece el consumo total de agua que tiene previsto emplear la empresa.
Respecto a las perforaciones, la intención de la compañía no es acometer los 12 pozos al mismo tiempo. Entre otras cosas, por lo caro que resultaría. Solo transportar hasta España la maquinaria tiene un coste de unos 2,5 millones de euros. Y su alquiler diario ronda los 25.000 euros, según fuentes del sector. BNK sostiene que cada pozo necesita una inversión de entre 10 y 20 millones de euros.
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