La dependencia pierde 8.100 beneficiarios en 2014

El número de beneficiarios amparados por la dependencia (una plaza en una residencia de mayores, ayuda a domicilio, teleasistencia o una prestación por cuidados familiares) se ha reducido en 8.112 personas entre el 31 de diciembre de 2013 y la misma fecha de 2014, según los datos que este viernes ha ofrecido el Imserso, el organismo del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales que gestiona el sistema de ayudas.

Los registros, que se han publicado con un mes de retraso respecto a lo que es habitual, muestran que hay 745.720 usuarios, lo que representa una caída anual del 1%.

El informe refleja un sorprendente crecimiento de beneficiarios en Canarias. De no haber en noviembre ninguno con el servicio de ayuda a domicilio se ha pasado a 9.543 en diciembre. Es un dato clave ya que, de no haber sido por ello, los usuarios totales del sistema serían menos que la cifra de dependientes que se encontró Mariano Rajoy al llegar a la Moncloa en diciembre de 2011 (738.597).

Fuentes del Gobierno canario y del Imserso han trasladado a EL PAÍS que el aumento obedece a la inclusión en los registros informáticos de personas que ya estaban siendo atendidas por los cabildos pero de lo que no había constancia. Para ello, explican, se han suscrito una serie de convenios que trasladan a las estadísticas a estas personas. “Han venido técnicos del ministerio y se han incorporado [a las bases de datos]”, ha señalado una portavoz del departamento de Políticas Sociales.

El leve descenso en el sistema que muestran los últimos datos del Gobierno se produce mientras aún hay 148.000 personas en lista de espera, es decir, dependientes que ya han sido reconocidos como beneficiarios pero que aún no han podido acceder a las ayudas a las que tienen derecho por el atasco en la gestión de algunos de los servicios sociales autonómicos.

El Gobierno destacó ayer en un comunicado que ha reducido esta lista de espera en 157.939 personas (un 51%) desde diciembre de 2011. Y manifiesta que “la principal causa” de esta evolución tan positiva es “la incorporación de nuevos beneficiarios con prestación” a la dependencia.

Sin embargo, la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales argumenta que esta caída no supone ningún éxito. Como cada vez hay menos personas a la espera de recibir ayudas pero, mientras tanto, no aumenta el número de usuarios, sino que disminuye, esta entidad defiende que hay otra explicación para la reducción del denominado limbo de la dependencia.

La tesis que sostienen los especialistas en servicios sociales es que decenas de miles de personas han fallecido mientras esperaban recibir las ayudas a las que tenían derecho. El cálculo que ha hecho la asociación es que 101.000 personas han muerto desde diciembre de 2011 hasta el mismo mes de 2014 sin recibir el amparo de la norma, pese a que deberían de haber accedido a las ayudas.

Apenas hay datos oficiales de los dependientes fallecidos mientras esperaban ayudas. Y los que hay son limitados. Como los que hizo públicos la consejera catalana de Bienestar Neus Munté hace unos dos meses al informar en una respuesta parlamentaria que solo en el muncipio de Barcelona desde enero de 2007  han muerto 10.704 ciudadanos con la dependencia reconocida sin obtener los servicios o las prestaciones que merecían.