El líder del PSOE se refuerza a nivel interno al mostrar un perfil combativo
El grupo socialista está satisfecho con su secretario general por "salir al ataque"
En el debate del estado de la nación se examina el presidente del Gobierno. Es él quien tiene que dar cuentas a los grupos parlamentarios de su labor en el último año. Pero el mayor examen del debate de este martes fue el del nuevo líder de la oposición, Pedro Sánchez, que afrontó su primer y último debate de esta legislatura. Y, tras escucharlo, un buen número de diputados del Grupo Parlamentario Socialista —representativos de todas las federaciones— proclamaba sin ningún titubeo que Sánchez se ganó el respeto de su grupo. La prueba de este martes la aprobó, y con un perfil duro, se reforzó internamente.
Al margen de las declaraciones en los pasillos del Hemiciclo y de los corrillos en el patio del Congreso, el lenguaje gestual dejaba claro que el discurso de Sánchez estaba convenciendo a los suyos. Hasta ahora, sus intervenciones parlamentarias habían sido sectoriales y necesariamente fragmentadas. Pero construyó un relato para el propio grupo socialista y para “desmontar” la intervención que había hecho por la mañana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La firmeza con la que, según los suyos, encaró su durísimo ataque a Rajoy por el caso Bárcenas y su forma de aguantar sin tambalearse cuando el jefe del Ejecutivo le echó en cara los ERE de Andalucía fueron determinantes para que el grupo socialista incluso pusiera una nota alta a su secretario general.
“No se ha amilanado ni con los ERE ni con la mención que ha hecho Rajoy a Susana Díaz poniendo en cuestión su liderazgo”, señaló un veterano diputado. En el PSOE existe la convicción de que las irregularidades por los cursos de formación y por los expedientes de regulación de empleo l(ERE) les han neutralizado en muchos momentos de la vida política. Con Sánchez parece que esto se ha acabado.
“El presidente del Gobierno me echa en cara la corrupción. No se lo permito. De usted, ninguna lección. Yo soy un político limpio”. Con esta respuesta el dirigente socialista subió la moral de los suyos, pero mucho más cuando continuó uniendo el destino del extesorero del PP Luis Bárcenas con el del presidente del Gobierno: “Señor Rajoy, Bárcenas y el PP compartían fuentes de financiación porque Bárcenas y el PP eran lo mismo. Y ese es su gran problema. Por eso usted jamás será creíble en la lucha contra la corrupción, por eso su nombre y su historia estarán indisolublemente unidas al nombre y la historia de su tesorero”.
El presidente del Gobierno me echa en cara la corrupción. No se lo permito. De usted, ninguna lección
Estas frases de Sánchez en tono vehemente serán de las que nunca olvidará el grupo socialista, y por las que consideró que Sánchez “ha salido al ataque” en un tema como la corrupción, por el que el PSOE ha pagado en el pasado, y quizá aún tenga que pagar por los ERE.
El relato económico del secretario general del PSOE frente al construido por el presidente del Gobierno de lo que ha ocurrido en España durante estos tres años y medio de legislatura era la otra espina clavada en el corazón de los socialistas.
La herencia recibida ha sido la gran excusa del Gobierno para justificar muchas de las medidas impopulares que ha adoptado. “Sí ha habido rescate en España, con troika y con señores de negro”, replicó Sánchez. Aunque su intervención se vio acompañada de un fuerte griterío procedente de la bancada del PP, aparentemente no le afectó, lo que también le valió para que los suyos le subieran la nota del examen.
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