Gobierno y PP confían en que el ‘efecto Grecia’ perjudique a Iglesias
El Ejecutivo cree que dejará patente el escaso margen de maniobra con Bruselas
Nadie en el Gobierno y en el PP duda de que la situación en Grecia tendrá consecuencias en la política española. Las elecciones en ese país van a marcar el arranque del curso político. Toda Europa está inquieta por lo que pueda pasar en Atenas, pero tanto el Ejecutivo como el partido que lo sustenta tratan de verle el lado positivo para ellos y creen que la más que probable victoria de Syriza, al contrario de lo que pueda parecer, perjudicará mucho a Podemos.
La irrupción de Syriza y sus similitudes con el partido de Pablo Iglesias está en el centro de los comentarios políticos del PP incluso desde antes de que se anunciara que Grecia irá a elecciones el 25 de enero. Y el análisis más extendido, según coinciden varios ministros y dirigentes consultados, es que Podemos no se beneficiará, por dos motivos: primero, porque la inestabilidad que se va a producir en Grecia si no gana el socio de Mariano Rajoy, Antonis Samaras, según estima el Ejecutivo, va a asustar a muchos votantes potenciales de Podemos que son moderados —vienen del PSOE o incluso del PP— y verán las dificultades que provoca un Gobierno no querido por los grandes poderes europeos. Pero, sobre todo, señalan estos dirigentes consultados, Grecia va a servir cada día como espejo de las dificultades de cumplir las promesas de romper con la política de austeridad o renegociar la deuda. Cada día del Gobierno de Syriza demostrará, señalan en el Ejecutivo, que no hay apenas margen de negociación con Bruselas y Atenas tendrá que atenerse a las exigencias de la Comisión Europea o salir del euro, algo que nadie desea.
“Salir del euro supondría una nueva caída del 20% del PIB en Grecia [que es lo que ya ha sufrido], Syriza va a tener que negociar y se va a ver que una cosa es criticar y otra gobernar, eso no va a ser nada bueno para Podemos”, señala un ministro. El Ejecutivo recuerda que Syriza necesitará financiación para pagar a los funcionarios, mantener los hospitales y las escuelas, y ese dinero solo va a llegar con condiciones, con lo que no tendrá margen.
El propio Rajoy, en conversación informal con periodistas en la copa de Navidad, se mostró convencido de que “Syriza, si gana, tendrá que pactar. No va a poder con todo lo que está prometiendo, no le van a dejar, a ver si se creen que ellos van a poder hacer lo que otros no han podido”, explicó.
En público, el Gobierno defiende que ha tomado las medidas de austeridad por convicción. Pero en privado muchos ministros reconocen que Bruselas, y sobre todo Alemania, no han dado margen a ningún país, tampoco a España, y no se lo darán a Grecia.
Otros miembros del Ejecutivo explican además que el Gobierno y el PP podrían recordar que la reestructuración de la deuda griega también perjudica a España. De los 210.000 millones de euros que ha supuesto hasta ahora el rescate griego —y después de las elecciones se negociará un nuevo paquete de 50.000 millones—, 26.000 los ha puesto España, por lo que cualquier quita afectaría a las finanzas españolas.
Podemos, Syriza y el debate de la renegociación de la deuda están tan presentes en los análisis del Ejecutivo que, incluso, influyeron en la última gran batalla interna entre los ministros de Hacienda y Economía, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos. Montoro quería una condonación del 10% de la deuda de las comunidades. Guindos se negó. Al final se optó por la fórmula de perdonar solo los intereses. De fondo latía la incongruencia de criticar a Syriza y Podemos por plantear reestructuraciones de la deuda mientras en España se hacía una interna.
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