Greenpeace lleva a Madrid su campaña contra las prospecciones
La organización ya ha reunido los 50.000 euros que necesitaba para liberar el 'Artic Sunrise'
"Defender el medio ambiente, nuestro derecho y deber", es el lema de la pancarta de 126 metros cuadrados desplegada a las diez de la mañana por nueve activistas de Greenpeace en el viaducto de la calle Bailén, en Madrid. Con esta actuación la organización critica "la fuerte represión del Gobierno" a la acción pacífica contra las prospecciones de Repsol, del pasado 15 de noviembre.
"Greenpeace ha vuelto a decir alto y claro que no nos callarán. Ni con fianzas desproporcionadas, ni con embestidas de lanchas, ni con amenazas de cárcel", asegura Mario Rodríguez, director de la organización ecologista. "Cada el día que el Arctic Sunrise está detenido — Fomento lo ha inmovilizado por saltarse el aviso a navegantes que prohibía acercarse a menos de una milla del Rowan Renaissance, el buque que realiza las prospecciones para Repsol, en Canarias — es un día menos que no está defendiendo el medio ambiente", incide Rodríguez.
La organización ha reunido los 50.000 euros que tenían que depositar como aval para liberarlo, gracias al apoyo de socios y simpatizantes. "El Gobierno pretende dilatar el proceso con una maraña burocrática que puede durar semanas o meses. Tardan pocos días en ponernos multas cuantiosas y en cambio meses en reconocer que tanto el aval como la multa son desproporcionados", acentúa Rodríguez.
Una vez liberado, el barco pondrá rumbo a Valencia para apoyar a las 17 personas que se enfrentan a posibles penas de dos años y ocho meses de cárcel por otra protesta pacífica, esta vez en una central nuclear. "Este es el juicio más duro al que se enfrenta la organización en los últimos 30 años debido a la cuantiosa de multa que tendría que pagar y al número de activistas encausados", explica Raquel Montón, portavoz de Greenpeace en temas nucleares, que se encuentra desde las primeras horas de la mañana en el viaducto de la calle Bailén, más conocido como el viaducto de Segovia.
Montón está acompañada por otros nueve activistas. Cuatro de ellos, permanecen enganchados a las cuerdas de la enorme pancarta, y los otros cinco, están de pie encima del puente. "No tenemos fecha de finalización para esta acción pacifista. La acabaremos cuando consigamos nuestro objetivo que es llevar nuestro mensaje de protesta contra las prospecciones a todos los sitios", asegura la activista.
En total, 17 personas —16 activistas y un fotógrafo— podrían ir a la cárcel por la protesta pacífica en la que escribieron con pintura "Peligro nuclear" sobre una torre de refrigeración de la central de Cofrentes (Valencia), propiedad de Iberdrola, en febrero de 2011. Y Greenpeace tendría que pagar una multa de 357.371 euros. El juicio oral de estos se celebrará en los días 4, 5, 9, 10 y 11 de diciembre en el Juzgado de lo Penal número 11 de Valencia.
La central nuclear de Cofrentes generó 8.325 millones de kilovatios hora (kWh) durante el 2013, el 14,7% del total de la energía eléctrica de origen nuclear producida en España. En lo que va del año la central ha generado 7.925,52 millones de kilovatios hora (kWh), según datos de la empresa.
La tripulación del Artic Sunrise de Greenpeace ha apoyado la protesta de hoy desde el puerto de Arrecife (Lazarote) con una pancarta testimonial reclamando, una vez más, "Prospecciones no".
En Canarias, un activista estuvo hospitalizada seis días y otros dos resultaron heridos tras las embestidas de las lanchas de la Armada a los botes de Greenpeace que participaron en la protesta pacífica contra las prospecciones de Repsol en Canarias, el 15 de noviembre de 2014.
"El Gobierno central ha vuelto a demostrar su apoyo incondicional a las empresas energéticas como la multinacional Repsol, en contra de la ciudadanía canaria y los intereses generales", ha declarado Miguel Ángel Soto, portavoz de la organización desde el archipiélago canario en un comunicado publicado por Greenpeace. "Ha justificado y defendido la violencia para acallar el derecho a la protesta pacífica y obviar su obligación de renunciar a un modelo energético peligroso basado en las energías sucias", ha subrayado Soto a través de sus declaraciones.
Otra guerra judicial de Greenpeace
Manifestación contra la guerra en Irak. En 2005 la organización ecologista se enfrentó, por primera vez en España, a penas de prisión por una protesta contra la guerra en Irak. De los 12 años de prisión que en su momento pidió el fiscal para cinco activistas que protestaron a bordo del buque Rainbow Warrior, en aguas de la base militar de Rota (Cádiz), el juicio terminó con una condena a seis meses de prisión para el capitán. El abogado de los ecologistas calificó entonces el fallo judicial de "victoria del movimiento ciudadano contra la guerra". La sentencia condenó a Daniel Rizzotti, a seis meses de cárcel, y obligó al voluntario Philip Walter, a pagar una multa de 60 euros.
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