El PP obliga a sus 13 diputados en León a votar el relevo en la Diputación

El PP de Castilla y León decidió este lunes que Emilio Orejas Orejas, a punto de cumplir los 40 años, será el próximo presidente de la Diputación leonesa. La negativa del actual presidente, Marcos Martínez, a firmar su dimisión desde la cárcel —está en prisión incondicional por su implicación en la Operación Púnica— obligará a destituirle mediante una moción de censura, que el PP hará efectiva dentro de unos días y que ganará, porque tiene mayoría absoluta en la Diputación. No le será tan fácil al PP desalojar a Martínez de su otro cargo, el de alcalde del municipio leonés de Cuadros: allí, los concejales del PP se niegan a obedecer la orden de su partido y aseguran que mantendrán al regidor en el cargo.

 Orejas fue el candidato elegido por el PP por una razón, según las fuentes consultadas: no tiene pasado. Su actividad como diputado ha sido irrelevante (no ha intervenido en ningún pleno, según parlamentarios de la oposición) y en la Diputación se ocupaba de una cartera (Deportes) que ha estado al margen de las grandes contrataciones. Orejas es alcalde de una pequeña población de la montaña, Lugueros, de no más de 400 habitantes, donde su padre ya fue alcalde y le pasó el testigo a su hijo. Algunos diputados hicieron alguna broma con la actividad empresarial del candidato oficial, porque dirige una fábrica de embutidos. “No es una fábrica de chorizos”, matizó un diputado. “Es de embutidos”.

Los 13 diputados provinciales del PP fueron convocados en la mañana de ayer a la sede del partido, donde Eduardo Fernández, presidente en funciones del PP en la provincia, les comentó la decisión oficial: moción de censura y elección de Emilio Orejas.

La decisión adoptada en Valladolid no admitía debate. Cualquier diputado que quisiera oponerse a esta medida supo que sería inmediatamente expulsado del partido. Según algunas fuentes, las expulsiones de todos los diputados populares de León estaban previamente firmadas. Algún diputado comentó lo duro que resultaba tener que expulsar a un compañero, pero no hubo espacio para ninguna renuncia: todos firmaron la petición del voto de censura. El PP goza de una amplia mayoría absoluta: 14 frente a 7 del PSOE, 1 de UPL y 2 no adscritos.

Cualquier diputado que quisiera oponerse a esta medida supo que sería expulsado del partido

Los representantes de la oposición recibieron información sobre las decisiones adoptadas acerca de la moción de censura, en la que probablemente votarán en contra o se abstendrán, “porque entendemos que se trata de un asunto interno del PP, que el PP debe resolver”, manifestó Matías Llorente, uno de los no adscritos.

La mesa de portavoces llegó también a un acuerdo: solicitar un informe sobre el contenido de los documentos que se llevó la Guardia Civil durante el registro del despacho del presidente, así como de aquellos documentos que estuvo supervisando pero que no fueron incautados por no ser relevantes para la investigación. “Aun hoy”, reconoció un diputado popular, “desconocemos cuál es la causa exacta de la detención de Marcos Martínez”.

Donde Valladolid no ha podido decidir qué es lo que debe de hacerse en León es en el municipio de Cuadros (1.800 habitantes). Marcos Martínez era alcalde de dicha localidad, con una mayoría más que suficiente (7 de los 9 concejales). Sin embargo, los concejales populares hicieron causa común con el alcalde encarcelado y se negaron a poner en marcha una moción de censura. El PP anunció la expulsión del partido de todos los rebeldes (cuatro en total, porque el resto estaban en calidad de independientes).