Uno de los ingresados fue dado de alta hace unos días por tener solo 37,5º

E., un vecino de la localidad madrileña de Fuenlabrada de unos 45 años, ingresó en el mediodía en el hospital Carlos III de Madrid después de que alertara a las autoridades sanitarias de que se había levantado con fiebre. Este hombre estaba siendo vigilado ya que fue uno de los trasladados en la misma ambulancia en la que viajó la auxiliar de enfermería Teresa Romero cuando ingresó en el Hospital de Alcorcón.

El Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (Summa) montó pasada la una de la tarde un llamativo dispositivo en el domicilio de E., en el centro del municipio. Los sanitarios iban con traje de protección y metieron al posible enfermo en una UVI móvil. El vecindario se quedó “estupefacto” al ver tanta policía desplegada por la zona. “Me resulta todo muy raro porque esta misma mañana [por ayer] le hemos visto como entraba en una tienda de alimentación. Estaba perfectamente y no se notaba que tuviera nada”, relataba una vecina del supuesto enfermo. Este lleva viviendo en la casa un mes y medio, por lo que resulta poco conocido para los residentes de la zona.

La mayoría le ha visto deambular por las calles, en las que no para de pedir tabaco a todo el mundo. Muchas veces se pone incluso en la puerta del estanco que hay enfrente de su casa para abordar a los clientes que salen. Ayer mismo entró en este establecimiento y comprobó una cajetilla de Elixyr, una marca barata de tabaco.

Hace unos días acudió a las urgencias del hospital de la localidad diciendo que tenía una fiebre de 40º, pero los responsables de este servicio comprobaron que no superaba los 37,5º. Le mantuvieron en observación durante varias horas y después le dieron el alta. El hombre está en tratamiento psiquiátrico, según fuentes médicas.

“Va de un lado para otro y no se le conoce ni oficio ni beneficio. Hace unos días le vimos con un pijama del hospital. Nos dijo que se había marchado de allí sin que le dieran el alta. A principios de semana le vi fumando en la ventana de su casa a las tres y media de la mañana. Así es el tal E.”, relata otro residente de la zona. Este reconocía que no había dado ningún problema en el vecindario. Tan solo le habían echado de algunos bares de la zona porque molestaba a los clientes (otros afirman que solo les pedía tabaco) y que a veces entraba ebrio.