Mas llama a una consulta alternativa mientras prepara unas plebiscitarias
La idea del presidente de la Generalitat es organizar un sucedáneo de votación
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha confirmado este martes que no podrá celebrar la consulta de autodeterminación del 9 de noviembre como había previsto y que intentará sustituirla con un proceso de participación en el que habrá urnas. Mas ha comparecido en el Palau de la Generalitat admitiendo que el consenso de los partidos soberanistas se ha “agrietado” y ha puesto encima de la mesa la posible convocatoria de unas elecciones plebiscitarias para reconfirmar el resultado del proceso participativo.
El proceso participativo que propone Mas se ampara en los artículos no suspendidos de la ley catalana de consultas y otras leyes vigentes que incentivan la participación que no ha querido detallar a preguntas de los periodistas. “Ante un adversario así [el Estado] no vamos a dar más pistas”, se ha justificado.
La idea de Mas es organizar un sucedáneo de consulta en locales propios de la Generalitat en todos los municipios catalanes con “miles de mesas de votación”. Donde los alcaldes no colaboren la Generalitat lo hará igualmente y para ello espera contar con más de 20.000 voluntarios, que se encargarán de las mesas. También espera contar con el apoyo de asociaciones civiles, especialmente la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural.
Este tipo de votación, que el Gobierno catalán rechazaba públicamente hace menos de una semana, queda lejos de las garantías legales que ofrecía el decreto sobre la consulta suspendido por el Tribunal Constitucional a petición del Gobierno central.
A diferencia de ocasiones anteriores, Mas ha comparecido solo en la galería Gótica del palau de la Generalitat. Los otros partidos que hasta ahora apoyaban su hoja de ruta (ERC, ICV y la CUP) se han desmarcado en mayor o menor medida. El presidente ha admitido que el consenso que había hasta la fecha se ha "agrietado", pero ha dicho que confía en que se pueda recomponer.
El presidente catalán ha cambiado radicalmente su discurso respecto a comparecencias anteriores y ha puesto toda la presión encima de Esquerra Republicana. Si hasta ahora aseguraba que las elecciones no eran su prioridad, hoy ha dicho que unas elecciones en clave plebiscitaria serán el paso final. "La consulta del 9N es una consulta previa antes de la definitiva", ha dicho en referencia a las elecciones.
La presión sobre ERC la ha puesto en dos sentidos. En una primera fase ha dicho que espera de ellos que llamen a votar también a sus simpatizantes a la consulta alternativa del 9 de noviembre. En una segunda fase ha dicho que espera que los republicanos acepten una lista conjunta para ir a las elecciones. "Bajo mi opinión personal, tiene que haber una lista con un programa unitario que obtenga mayoría absoluta". También ha asegurado que intentará no convocar elecciones mientras no tenga garantizado este punto.
Mas ha admitido que no tiene el acuerdo con Esquerra Republicana para ir a unas elecciones catalanas con una lista conjunta. “El gran problema es que sobre ello en estos momentos no hay consenso; no descarto que lo haya en otro momento”. La falta de consenso, ha admitido Mas, abarca el conjunto de su acción de gobierno en estos momentos. De hecho, ha asumido también que ni siquiera tiene la garantía de poder aprobar los Presupuestos de 2015 con Esquerra Republicana, el que ha sido su socio parlamentario los últimos dos años.
¿Qué son unas elecciones "plebiscitarias"?
Las elecciones "plebiscitarias" que pretende convocar Artur Mas son una figura que no existe en el ordenamiento español. Según seis catedráticos de Derecho Constitucional o Ciencia Política consultados por EL PAÍS, no tendrían ningún efecto jurídico.
En la ley Electoral no aparece la vía de las "elecciones plebiscitarias". "O hay elecciones o hay referéndum. Y plebiscito es sinónimo de referéndum", señala Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional en la Universitat Autònoma de Barcelona.
“Las elecciones se convocarían como elecciones autonómicas, que es lo que serían. Puede pasar que después alguien quisiera leer el resultado en clave plebiscitaria, pero eso sería jurídicamente irrelevante”, abunda Roberto Blanco, catedrático de Derecho Constitucional en Santiago.
Otra cosa es que algunos partidos concurran a esos comicios comprometidos con la independencia, o incluso con un programa en el que solo haya un punto: la independencia. Eso lo asemejaría, en la práctica, a un referéndum. "Podrían hacerlo, porque en los programas se puede poner lo que se quiera. Pero luego no podrían utilizar el resultado para declarar la independencia: eso sería una ilegalidad clamorosa", subraya Xavier Arbós, catedrático de Derecho Constitucional en Girona.
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