La Audiencia juzga al etarra Carasatorre por un crimen de 1995

La Audiencia Nacional tiene previsto juzgar esta semana a dos miembros de la organización terrorista ETA por sendos atentados, uno de ellos mortal, cometidos en 1995 y 2008. El miércoles, la Sección Tercera de la Audiencia sentará en el banquillo al etarra Juan Ramón Carasatorre Aldaz, por su supuesta participación en el asesinato del inspector del Cuerpo Nacional de Policía Enrique Nieto, máximo responsable de la Unidad Territorial Antiterrorista de Guipúzcoa, perpetrado el 9 de mayo de 1995 en San Sebastián.

La fiscalía reclama una pena de 30 años de cárcel por este crimen para Carasatorre, quien supuestamente condujo la motocicleta robada con la que Valentín Lasarte, el autor material de los disparos que acabaron con la vida del funcionario, huyó del lugar del atentado. El asesinato se produjo junto al portal del domicilio del inspector, en la calle Sancho el Sabio de la capital guipuzcoana. Nieto, de 46 años, casado y padre de dos hijas, falleció cuatro meses después del tiroteo en un hospital de San Sebastián. El fiscal Daniel Campos acusa al terrorista de un delito de asesinato y dos de utilización ilegítima de vehículo a motor.

Carasatorre, que fue entregado por las autoridades francesas en noviembre de 2010, ha sido condenado por otros atentados terroristas, entre ellos el que costó la vida al brigada del Ejército Mariano de Juan Santamaría, que se produjo el 10 de abril de 1995 en las proximidades del cuartel donostiarra de Loyola. Por este crimen se le impusieron en junio pasado treinta años y medio de cárcel.

Contra la ETB

Este lunes, la Audiencia juzgará también a Oihana Mardaras, Leia, a la que se atribuyen cinco delitos terroristas por pertenecer al comando Baskatu de ETA y participar en el atentado contra la sede de la Radio Televisión Pública Vasca EiTB, en la calle Capuchinos de Bilbao, que se produjo el 31 de diciembre de 2008. La procesada, arrestada en Francia en 2009 tras sufrir una accidente de tráfico, está acusada de robar una furgoneta junto al también etarra Ibai Beobide, secuestrar a su conductor y hacerla explotar frente al edificio de la EiTB, que sufrió unos daños valorados en 5,05 millones de euros. En este atentado no se produjeron víctimas personales.