El Gobierno teme perder a un posible interlocutor en Duran

La relación de Josep Antoni Duran Lleida con el Gobierno de Mariano Rajoy no pasa por buen momento. La Moncloa está muy molesta porque asegura que el portavoz de CiU le transmitió que apoyaría la breve ley de abdicación y a las pocas horas vieron cómo aceptaba la imposición de Artur Mas para desmarcarse. Moncloa asegura que Duran transmitió a Soraya Sáenz de Santamaría que votarían a favor. El mismo mensaje se lo trasladaron a Alfonso Alonso, portavoz del PP.

A pesar de eso, de confirmarse, la marcha de Duran Lleida, se sumaría, desde el punto de vista de la capacidad de interlocución, a la salida inminente de Alfredo Pérez Rubalcaba como líder del PSOE. El portavoz de CiU ha sido interlocutor privilegiado de José María Aznar, y José Luis Rodríguez Zapatero y lo es de Mariano Rajoy. El primero le llegó a tantear para ser ministro y fracasó en el intento de convertir a Unió en la UPN catalana, como franquicia política del PP, y el último tiene trato con él, directamente o a través de Soraya Sáenz de Santamaría. Ha negociado todo tipo de leyes con todos y en este momento intentaba mantener una vía abierta de diálogo ante el desafío soberanista. Esa vía la tiene también abierta permanentemente con Rubalcaba en busca de una salida a ese callejón. Ambos coinciden en que la salida está en la reforma de la Constitución.

El Gobierno le facilitó un pasaporte diplomático para que pudiera viajar como presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso. Siempre le ha dado cobertura diplomática y ha coordinado con el Ministerio de Exteriores sus gestiones. Se refuerza su posición de interlocutor con otras relaciones privilegiadas del Gobierno con miembros del grupo parlamentario de CiU. Como Josep Sánchez Llibre, que trabó amistad con Rajoy en los 90 cuando los nacionalistas negociaban con Aznar y el ahora presidente se alojó en su casa de Barcelona.

Especialmente activo ha sido en los asuntos relacionados con medidas económicas, en los que ha logrado importantes acuerdos con los diferentes gobiernos. Casi siempre han sido medidas destinadas a pequeñas y medianas empresas, sector en el que se suele volcar CiU. Además, desde los años noventa, los nacionalistas catalanes han ayudado a los diferentes gobiernos al ser reacios a sumarse a actuaciones de la oposición como peticiones de comisión de investigación o reprobaciones de ministros. Esta posición se ha agudizado con Duran como portavoz. Por ejemplo, fue muy crítico hace justo un año con Rajoy por el caso Gürtel, así lo expresó en el Pleno monográfico del Congreso, pero no se sumó a las peticiones de dimisión.

Duran dirige un grupo parlamentario de 16 diputados, de los cuales seis con de Unió. En general, no suele haber problemas y él controla el grupo, con decisiones como dar libertad de voto en asuntos de conciencia como el aborto o los matrimonios entre personas del mismo sexo. No obstante, el debate sobre el soberanismo en los últimos meses sí ha provocado algunas tensiones en el Grupo. Es sabido que Duran no defiende en privado la posición más radical de Convergencia y de Artur Mas, pero en la tribuna sí ha hecho discursos reclamando el derecho a decidir. Hace meses advirtió en el pleno a Rajoy que podría haber una declaración unilateral de independencia, lo que fue interpretado como una amenaza, aunque en realidad era una invocación casi desesperada a abrir un proceso de diálogo para evitar lo aparentemente inevitable.

El pasado mes de octubre, la votación de una proposición no de ley de Amaiur sobre el derecho de autodeterminación estuvo a punto de provocar un cisma entre diputados de Convergencia y los de Unió. Finalmente, votaron a favor de unos apartados y de otros se abstuvieron.