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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La campaña acaba de empezar

Solo hay espacio para pedir el voto con dramatismo y con la máxima descalificación del adversario

Anabel Díez

La campaña para las elecciones del próximo domingo ha empezado “cuando los ciudadanos han querido” y eso ha sido en la noche del 15 de mayo, con el primer y único debate cara a cara. Esta aseveración de un experto en comunicación la comparten las principales fuerzas políticas si bien reconocen que la mano que ha mecido la cuna de la decisión ha sido la del PP. La campaña se ha demorado hasta que al partido mayoritario le ha venido bien dar el pistoletazo de salida en tanto que la número uno socialista, Elena Valenciano, se encontró durante semanas sin adversario. No estuvo ociosa. Ese espacio sin contrincante lo utilizó para acortar la larga distancia que le separaba en grado de conocimiento del candidato popular. El debate ha sido definitivo para que Elena Valenciano ya sea una política reconocible en buena parte de España. Empieza la campaña.

Bajo nivel de conocimiento de los candidatos, a excepción del popular Miguel Arias Cañete, escaso interés y nula tensión política. Este es el cuadro con el que empezó la campaña el pasado 9 de mayo con una precampaña invisible para la ciudadanía al mediar la Semana Santa y los puentes de mayo. Estas circunstancias más la acción deliberada del PP de apurar al máximo la entrada en faena ha obligado a los demás a quemar etapas de su estrategia a una velocidad poco habitual. De una tacada casi 1.900.000 ciudadanos han atendido el cara a cara de Arias Cañete y Valenciano y aunque han sido 600.000 menos que los que se interesaron por un debate de las mismas características en 2009 no hay otra pantalla capaz de acercarse mínimamente a tal magnitud. Muchos millones de ciudadanos están ya en “modo elecciones”, aunque queda lo más difícil: convencerles de que vayan a votar.

No es empresa fácil cuando queda una semana para mover la voluntad de un sector de ese casi 50% del electorado que se declara abstencionista o incluso contrario a acudir a las urnas. Que nadie espere ya reflexiones sosegadas sobre los retos de la Unión Europea y el papel de su Parlamento, al menos por parte de los números uno de cada candidatura y singularmente de los dos grandes. Sí son meritorios los esfuerzos de eurodiputados o aspirantes a serlo por explicar los programas en foros pequeños de los que nadie da cuenta, salvo los pocos a quienes se dirigen. Los símiles de las carreras ciclistas proliferan en las últimas horas para describir lo que falta hasta llegar a la meta. Empieza la última escalada y como en los tours la victoria de juega en los últimos cinco kilómetros.

En la carrera los socialistas cantaron victoria en la noche del 15 de mayo al estimar de forma inapelable que Valenciano ganó a Cañete y avanzó varios metros más al día siguiente al producirse la caída del candidato popular por sus apreciaciones machistas. Ahora vuelve a producirse casi el empate y solo hay espacio para pedir el voto con dramatismo y con la máxima descalificación del adversario.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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