‘Extranjeras’ en Astorga
Vecinos de las dos detenidas por el asesinato de Carrasco marcan distancias
Consternados, pero también distantes. En Astorga, un municipio leonés de apenas 12.000 habitantes, han vivido este martes con expectación el desarrollo de una investigación policial que, de momento, ha conducido a la detención de dos de sus vecinas por el presunto asesinato de la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco. A lo largo del día, el tema ha salido a colación con facilidad en cada corrillo y comercio. Comentarios en la calle y bares que terminan con una inmediata aclaración: "Pero ninguna es natural de aquí, ¿eh?".
Porque ambas, Montserrat González Fernández y Montserrat Triana Martínez, madre e hija de 55 y 35 años, llegaron al pueblo hace una década de la mano del actual inspector jefe de la Comisaría local, Pedro Antonio Martínez. El policía pidió entonces el traslado a este pequeño municipio, de vías poco transitadas, situado en un verde valle con picos nevados a la vista y donde este martes ha apretado el sol. En el instituto de aquí "él había estudiado hace unos 40 años", según indican fuentes del municipio, que se encuentra a solo unos 22 kilómetros de su villa natal, Santamaría del Rey. "A él lo conoce todo el mundo", subrayan en el Ayuntamiento. Con su familia, en cambio, la relación no era similar. El trato no era tan cercano.
En el restaurante Delabuelo, situado en el bajo del edificio donde vivieron cuando aterrizaron en Astorga, los trataron con habitualidad. "La hija era bastante reservada. Teníamos un trato más limitado que con otros vecinos. Aquí estuvieron como dos o tres años, antes de mudarse cerca de la comisaría", apostillan en este amplio local, a los pies del número 14 de la calle de Los Sitios, un inmueble de tres plantas y ladrillo rojo, situado junto a la catedral y el Palacio de Gaudí.
A unos metros de allí, en el Ayuntamiento, el portavoz del PP, Jacinto Bardal, también marca una línea de distancia con las detenidas, a pesar de que incluyó a la más joven en la candidatura que él encabezó en las elecciones municipales de 2007. Ella ocupaba el número 7. Y la madre, además, también era afiliada del partido. "Pero ninguna en la junta local de Astorga. A la hija, en el momento de hacer la lista, la puse porque entonces me comentaron que había una chica que acababa de volver de Alemania [de hacer un máster], que era ingeniera de comunicaciones y que estaba en línea con nuestra ideología de centro-derecha. Hable con su padre, que sí lo conocía, y después con la chica. Y me dijo que sí", recalca el popular, con gesto serio, minutos después de participar en un pleno extraordinario convocado con carácter urgente para repudiar "este deleznable" asesinato.
¿Y por qué no la incluyeron en la candidatura de 2011? Jacinto Bardal continúa su relato, vestido de negro y poco antes de trasladarse a León para participar en el funeral de Carrasco: "Bueno, hacía tiempo ya que se había ido a trabajar a la capital y tenía poca relación con Astorga. No era el perfil que buscaba en ese momento. Lo hablamos, ella me dijo que quería continuar, pero yo le indiqué que no lo consideraba". Y el portavoz del PP remacha rápidamente que Montserrat "lo aceptó sin acritud" y que "no" tuvo nada que ver con que “pudiera” tener una mala relación con la presidenta de la Diputación.
A la hija, añade Barbal, la veía poco por el pueblo. Los vecinos coinciden. "Le pongo cara, pero de Fiestas y fines de semana", indica un joven camarero a la espalda del Ayuntamiento. "Es que no vivía habitualmente aquí. Iba por temporadas", subraya Juan José Simón (PSOE), teniente de alcalde del Consistorio. "Ni ella, ni la madre -natural de Carrizo de la Ribera, informan en el PP-, están empadronadas en Astorga. Aunque esta última sí residía aquí de diario con su marido", apostilla el representante municipal. Este mantuvo una relación "cordial, amistosa, respetuosa e incluso agradable" con la candidata detenida: "Es que, como no llegó a salir elegida -el PP, en las elecciones de 2007, obtuvo seis ediles-, nunca hubo un enfrentamiento. No la considerábamos un adversario político", apunta el edil socialista, que incide en la "sorpresa y consternación" con la que Astorga recibió el lunes la noticia.
Banderas a media asta. Tres días de luto. Comunicado de repulsa en un salón de plenos prácticamente vacío, apenas diez personas han asistido a la lectura del comunicado de denuncia de la alcaldesa, Victorina Alonso. Y marcando las distancias. Así espera Astorga ahora el avance de la operación policial y la determinación de cuál de las dos, que no pasarán a disposición judicial hasta avanzada la mañana del miércoles, apretó el gatillo. “Isabel Carrasco, descanse en paz. Se levanta la sesión”, ha concluido la regidora.
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