El presidente extremeño vota contra una propuesta del PSOE para retirar ya la ley
Los socialistas denuncian la "hipocresía" del barón popular
Para entender los movimientos de verso suelto del presidente extremeño, que indignan a la cúpula de su partido, basta ver el ambiente político que se vivió este jueves en el Parlamento extremeño, en una jornada de enorme tensión, con cuatro votaciones sobre el aborto y una expulsión clave de un diputado socialista que forzó un empate.
Monago y su equipo se enfrentaban a una situación política delicada. El PSOE sometía a votación una resolución que exigía la retirada de la ley del aborto del PP. IU estaba dispuesto a apoyar esta iniciativa. Monago se enfrentaba a una derrota —él gobierna gracias a la abstención de IU, la suma de los tres diputados de esta coalición y los socialistas supera al PP—. Los populares intentaron entonces que el PSOE renunciara a su moción y se aprobara una declaración institucional en la que se pedía la congelación de la ley del PP hasta que haya más consenso. Pero los socialistas rechazaron esta posibilidad. Querían votar su propuesta.
Entonces empezó la tensión. Monago busca un perfil distinto para el PP en Extremadura, una comunidad hasta ahora siempre en manos de la izquierda. Su imagen votando en contra de una proposición que pedía la retirada de la ley del aborto era algo que el PP quería evitar. Los populares registraron una propuesta más suave que la del PSOE, y en medio de la tensión el presidente del Parlamento, del PP, expulsó a un diputado socialista, Antonio Rodríguez Osuna, que hizo un gesto como de “qué cara”. Los socialistas sostienen que fue una expulsión premeditada. Eso colocaba a la suma de IU y PSOE con 32, los mismos que el PP. Los socialistas pidieron votación individual, buscando la imagen de Monago votando “no”. El PP entonces exigió voto secreto, para evitar esa imagen. Y lo logró.
La tensión fue creciendo. Se votó hasta tres veces la propuesta del PSOE con el mismo resultado: empate a 32. La expulsión del diputado del PSOE evitó la derrota del PP, un hecho inédito y muy criticado por los socialistas. El reglamento señala que tras tres empates, la iniciativa debe ser retirada. Es lo que sucedió y el PSOE perdió su oportunidad. También se votó una propuesta de IU que exigía la retirada de la ley, a la que se sumaron también los regionalistas del Prex-Crex, y aun así no salió adelante por una abstención.
Los socialistas denunciaron la hipocresía de Monago, que por un lado asegura que está en contra de la ley del aborto de Gallardón pero por otro vota en contra de la iniciativa del PSOE para retirarla. Los populares explican que podrían haberse abstenido en la propuesta del PSOE, pero votaron en contra porque dicen que reivindicaba la ley de plazos de 2010 (aunque no la llega a citar) y Monago rechaza esa norma. Precisamente el presidente reivindica paralizar la reforma actual para evitar que sea una ley efímera como la de 2010 y el PSOE la cambie cuando llegue a La Moncloa.
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