El ‘miércoles de ceniza’ de González
Rajoy: “Madrid es la referencia de la reforma. Madrid es sinónimo de gestión valiente y exitosa”,
El miércoles de ceniza de Ignacio González por la imputación de su esposa y vicepresidenta de la patronal madrileña, Lourdes Cavero, por presunto blanqueo de capitales y delito fiscal, dejó al Gobierno regional y al Partido Popular de Madrid en estado de shock. Digno de un guion cinematográfico y con el polémico ático de Estepona como escenario, el auto de la jueza Mariana Peregrina desató la inquietud en el partido precisamente el día que celebraba la tradicional cena de Navidad presidida, como cada año, por Mariano Rajoy. Aunque varios responsables del partido confían en que se archivará la semana que viene —la juez se inhibió elevando el caso a la Audiencia Nacional; la condición de aforado de González influye en que la imputación se limite, de momento, a su mujer— el auto judicial cayó como una bomba en el PP. Por mucho que González mostrase su “sorpresa y estupor” por un auto que tildó de “plagado de presunciones y hechos sin aclarar”.
Distintas fuentes consultadas reconocieron que la imputación es un golpe “muy grave” para González y para el partido, al que se le acumulan los escándalos. Aparte de la “celeridad” que el presidente autonómico reclamó a la justicia “por la situación de inseguridad e indefensión” que dijo atravesar, el barón del PP afirmó sentirse “absolutamente respaldado” por la dirección nacional de su partido. El orden de colocación de la mesa principal —todas eran redondas y no rectangulares, como temían muchos dirigentes antes de llegar al cónclave— en la cena del PP en Collado Villalba reflejó el apoyo de Rajoy.
En un gesto muy comentado, la mesa central no respetó el protocolo y la alternación habitual hombre-mujer. En contra de lo esperado, a Rajoy le flanqueaba, además de la presidenta del PP regional, Esperanza Aguirre, el propio González y no la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, como en ocasiones anteriores. El círculo lo completaban Cristina Cifuentes (delegada del Gobierno) y Carlos Floriano (vicesecretario de Organización del PP nacional). “Ana Botella e Ignacio González dan un magnífico ejemplo de cómo se gobierna en una crisis económica. Nacho, a fuerza de estudiar hasta la última coma de los problemas, ha conseguido que Madrid lidere todos los factores económicos de España”, arropó Aguirre, que definió el año como “duro y difícil”.
Y con los escándalos de corrupción afectando la línea de flotación del partido, especialmente en Valencia y Madrid. Sin ir más lejos, la propia Aguirre se pasó el martes cuatro horas y media respondiendo por escrito en su despacho a las preguntas del juez Pablo Ruz sobre el caso Gürtel. Las evasivas de la presidenta del PP autonómico renegando del exconsejero de Deportes Alberto López Viejo, imputado en el caso — “No era en absoluto hombre de mi total confianza”, declaró por escrito respecto del hombre que encargaba todos los eventos de la Comunidad de Madrid a las empresas de Francisco Correa a cambio de una supuesta mordida del 10%— molestaron muchísimo en la Asamblea de Madrid, donde más de un parlamentario popular no daba crédito al desmarque de Aguirre “como si no fuera la cosa con ella”.
Otro ejemplo de la marejada que sacude al principal caladero de votos del PP tiene como protagonistas al expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y a José María Aznar Botella, el hijo mayor del expresidente del Gobierno y la alcaldesa de Madrid. Aznar Botella pidió explicaciones a Blesa porque la entidad bancaria no hubiera comprado obras del artista Gerardo Rueda, amigo de la familia Aznar y fallecido en 1996, por más de 100 millones de euros en plena crisis financiera de la entidad. En el ojo del huracán por su gestión, Ana Botella tampoco llegó a la cena navideña con todas consigo. Como González. “No me van a doblegar con estas infamias y calumnias”, proclamó González entre los aplausos de 900 correligionarios.
Como era de esperar, Rajoy no desveló quiénes serán sus candidatos al Ayuntamiento y la Comunidad dentro de año y medio. Aún así, con las quinielas abiertas y sonando los nombres de Aguirre, de Cifuentes e incluso de Soraya Sáenz de Santamaría como potenciales candidatas, fue una cena con mucho morbo.
“Madrid es sinónimo de gestión valiente y exitosa. Madrid es la referencia de la reforma. Ayudaré a Madrid porque, Ignacio, ayudar a Madrid es ayudar a todos los españoles”, proclamó Rajoy en alusión a González. El líder de Partido Popular no hizo ninguna referencia a la imputación que amargó la cena del PP más poderoso del país. Un PP que anoche se lamía las heridas.
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