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Rajoy califica de “injusta y equivocada” la sentencia sobre la ‘doctrina Parot’

El presidente dice que el Gobierno “como tal” no estará en la marcha de la AVT, pero sí el PP

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

Tras cuatro días de dudas, el Gobierno y el PP dieron este jueves un giro de 180 grados. A primera hora el PP anunció que se suma a la concentración del domingo en Madrid convocada para protestar por la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que tiró por tierra la doctrina Parot.Y el presidente, Mariano Rajoy, rompió un silencio muy criticado para lanzarse contra la sentencia de una forma incluso más dura que sus propios ministros. Lo hizo precisamente en Bruselas, al lado de sus socios europeos, antes de acudir a la cumbre.

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“No me gusta nada [la sentencia]. Es injusta y equivocada”, aseguró a su llegada al Castillo de Bouchout, en Meise, a las afueras de Bruselas. Rajoy, un hijo de juez que siempre lleva a gala respetar las sentencias, nunca se había pronunciado con tanta dureza contra una. Y lo ha hecho después de que la presión de las víctimas haya forzado al PP a cambiar de opinión y acudir a la protesta del domingo. Frente a quienes le piden que no acate el pronunciamiento de Estrasburgo, Rajoy dejó claro que “la regla básica del sistema democrático es que hay que respetar y acatar las sentencias de los tribunales”. Rajoy descartó que el Gobierno como tal apoye la manifestación, aunque si lo hará el PP, que él mismo preside. “El Gobierno tiene que estar en su sitio, apoyando a las víctimas, pero no vamos a estar como tal Gobierno, sí como partido, en esta manifestación”, señaló desdoblando los papeles.

La secuencia es muy significativa de cómo funciona el PP en este momento y la fuerza que conserva el sector duro dentro y fuera del partido. El lunes todo parecía controlado, la respuesta estaba muy medida. Los ministros de Interior y Justicia dieron el discurso político, muy pensado, y se reunieron con las víctimas. Los dirigentes se fueron a la cama pensando que los planes iban bien.

El martes se empieza a torcer. Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, convoca la manifestación y las cosas empiezan a complicarse. En ese momento nadie en la cúpula piensa en ir. “Un partido de Gobierno no puede manifestarse contra le ley”, sentencian en privado. Pero las tertulias conservadoras presionan al PP. FAES emite un comunicado que desmonta la teoría del Gobierno. Y Rajoy comete un error estratégico que nadie niega internamente. No dice nada en el Congreso y cuando los periodistas le preguntan si tiene un mensaje para las víctimas, sin escuchar la pregunta, solo se le oye decir, “llueve mucho”. Es una imagen pésima. En el mundo conservador corre este comentario y la indignación sube.

Además salta la noticia de que en Londres también va a ser liberado otro etarra, Antonio Troitiño. La situación se descontrola y las víctimas empiezan a temer una cascada de excarcelaciones, lo que Gallardón les había prometido que no pasaría.

A última hora de la noche del martes Esperanza Aguirre confirma que irá a la manifestación. El boquete en el PP es ya de grandes dimensiones, y la dirección empieza a pensar cómo taparlo. El miércoles ya está decidido que alguien tiene que ir, la presión es demasiado fuerte. Esteban González Pons es la persona elegida. Es vicesecretario general del PP y presidente de la comisión de Interior en el Congreso.

Pero la prioridad en ese momento es cubrir la imagen del presidente del Gobierno, muy deteriorada por su silencio del día anterior. Se improvisa una reunión en La Moncloa. Pedraza ya no acude como el lunes con Marimar Blanco, que además de representante de las víctimas es miembro de la dirección del PP y por tanto enganche de Rajoy con ese mundo. Van por separado. Pedraza muestra la gran tensión en la AVT con el Gobierno. Se niega a hablar en La Moncloa y fuera dice que Rajoy no ha hecho lo suficiente para impedir que se derogara la doctrina Parot.

En esas horas, otros dirigentes de Madrid siguen la estela de Aguirre, en una especie de carrera por representar al sector conservador del partido. Primero, Ana Botella, después Ignacio González. Será la máxima autoridad en la marcha porque el Gobierno no estará. Por si fuera poco, mientras en la dirección del PP crecían los nervios ante una situación que se escapaba de la manos, UPyD, rival político al que siempre miran de reojo, anunció también que acudiría a la concentración. El único que ha llegado después del PP ha sido Ciutadans.

Eso se decide el miércoles, pero con dudas. Se quiere ver cómo va esa cita con Rajoy. Los populares temen que la manifestación se transforme en una protesta contra el Gobierno. Quieren controlar el lema, que no sea contra Estrasburgo. Lo consiguen a medias: “Justicia para un final con vencedores y vencidos”. No es la peor de las opciones para el PP. Pero todos tienen muchos temores. Nadie sabe qué ambiente se van a encontrar y no se descarta que algunos manifestantes se vuelvan contra dirigentes del PP.

Hasta el domingo seguirán haciendo movimientos para suavizar la protesta. Por ejemplo, en este momento se vive una batalla interna para dilucidar si Francisco José Alcaraz, ex presidente de la AVT y ahora líder de Voces contra el Terrorismo, sube al estrado a hablar además de Ángeles Pedraza. El PP teme el discurso duro contra Rajoy de Alcaraz. De hecho los populares ya se movieron en su día para descabalgarlo de la AVT cuando se volvió tan duro que les marcaba la agenda.

El PP se ve arrastrado por esta asociación que es la más grande pero no la única. Este jueves dos de ellas, la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo y la Asociación de Víctimas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se reunieron con el ministro del Interior y ambas le dijeron que acatan la sentencia de Estrasburgo.

Pero todo se precipita. A primera hora el PP se quita la presión con un comunicado en el que se anuncia que irá González Pons. Y en cascada empiezan otros anuncios no previstos. Javier Arenas, Carlos Floriano... Al final toda la cúpula tiene previsto acudir menos María Dolores de Cospedal, por una cuestión de agenda personal. Jorge Fernández llega a decir que si no fuera ministro acudiría.

Jaime Mayor, siempre crítico pero que ahora está pendiente de su candidatura europea, fue prudente. Fue el último en anunciar que iba a la protesta, después de que saliera el comunicado oficial. Al final hasta el PP vasco, que siempre se ha mantenido en posiciones moderadas, anuncia que estará en una marcha a la que prácticamente nadie tenía intenciones de ir solo 48 horas antes.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reúne en Bruselas con la canciller alemana, Angela Merkel.Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

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