La ‘propuesta Camacho’ ya fue aprobada en el congreso del PP catalán hace un año
El recorrido de la propuesta: de la singularidad a la solidaridad limitada
Alicia Sánchez-Camacho lo afirmó ayer de una forma inequívoca: la única salida a la crisis soberanista es “un sistema de financiación que debe reconocer una singularidad, limitando la solidaridad, y establecer que los dineros que se aportan al resto de España tengan una aplicación directa, como ocurre con los fondos europeos”.
Pero la propuesta de la líder del PP catalán, rechazada por la cúpula nacional del partido y que puso en pie de guerra a los presidentes autónomicos populares, no es nueva. Es fruto del desarrollo de unas ideas que ya planteó hace más de un año el XIII congreso regional de la formación, en el que participaron dirigentes nacionales y que fue clausurado por la número dos del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, en mayo de 2012.
La ponencia política de ese cónclave defendía “un autonomismo diferencial” y “respeto por la singularidad de Cataluña dentro de una España fuerte y unida para salir de la crisis”. El portavoz del PPC, Enric Millo, manifestó entonces, antes de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, redoblara su desafío soberanista, que “la gran mayoría de los catalanes no quiere renunciar a su catalanidad ni a su condición de españoles”. La salida a esa reflexión, en su opinión, pasaba por “un sistema de financiación singular que permita el equilibrio territorial, la cohesión social y la sostenibilidad”.
Al margen de los contactos y los encuentros mantenidos en las últimas dos semanas entre Sánchez-Camacho, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, la dirección nacional insiste en promover una iniciativa del PP catalana centrada en un frente común antisoberanista, en una campaña y en el apoyo a una manifestación a favor de la unidad de España.
La fórmula —publicada ayer por EL PAÍS y empleada por la dirigente catalana en la cadena SER— que resultó más polémica es precisamente esa “limitación de la solidaridad” territorial. No obstante, tampoco esa idea surgió de la nada. Hace dos semanas, Sánchez-Camacho enfatizó en el Parlamento de Cataluña su propuesta por “una modernización del Estado de las autonomías y del sistema de financiación”. El objetivo consistía en “lograr un modelo singular, más justo y equilibrado, moderno y con una solidaridad limitada”.
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