El PSOE: todo se negocia salvo la soberanía
Los socialistas descartan cualquier consulta que se celebre solo en Cataluña Su baza es la reforma constitucional
“Una consulta soberanista solo en Cataluña, no”. Esa es la línea roja que se ha puesto el PSOE: los socialistas —asegura su dirección— nunca aceptarán un referéndum sobre el estatus político de una parte de España en el que solo decida esa parte y no el conjunto de los españoles. Todo lo demás —un encaje distinto de Cataluña en España, competencias exclusivas, diferente financiación, nuevo marco legal— puede y debe ser estudiado, según el PSOE. A través de un “diálogo” sin fin y una profunda reforma de la Constitución como alternativa a la independencia. Así, el primer partido de la oposición coincide con el Gobierno en algo fundamental —la defensa de la ley, la Constitución, y de la soberanía del pueblo español— pero a la vez difiere en algo muy relevante: el PP quiere aplicar esta ley, esta Constitución; el PSOE aboga por cambiarla: aplacar el desafío soberanista adaptando la Constitución a algunas de sus demandas.
El secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha mantenido estos días conversaciones con el líder de Unió, Josep Antoni Duran —distanciado del ala más dura de CiU—, y quiere reunirse en breve con el presidente catalán, Artur Mas. En esos encuentros defenderá la propuesta del PSOE como una tercera vía entre dos posiciones que él sitúa equidistantes: el “rupturismo” independentista y el “inmovilismo” de Mariano Rajoy. La reunión con el propio Rajoy ni se plantea ahora mismo, entre otras cosas porque el PSOE ha roto relaciones con el PP por el caso Bárcenas.
Los socialistas están contra la independencia de Cataluña y también contra el llamado “derecho a decidir” de los catalanes; un concepto enarbolado en 2005 por el lehendakari Juan José Ibarretxe en el País Vasco, y resucitado hace un año en Cataluña para referirse con otras palabras al derecho de autodeterminación. El PSC, el partido que representa al PSOE en Cataluña, sí ha abrazado, sin embargo, el “derecho a decidir” (aunque rechaza la independencia). La discrepancia la admiten ambos partidos quitándole importancia, pero en la cúpula del PSOE ha generado una seria preocupación porque sabe que esa doble faz frente al soberanismo produce rechazo en muchos socialistas del resto de España.
Rubalcaba fue tajante el pasado 12 de enero: “Si el debate se centra en el derecho a decidir no habrá salida. No vamos a encontrar una solución, no cabe. El resto de España nunca va a aceptar que una parte decida sobre algo que afecta al todo. El PSOE tampoco”, dijo el secretario general ante los cerca de 200 miembros del Comité Federal pero dirigiéndose al primer secretario del PSC, Pere Navarro. A cambio, expuso su oferta: avanzar hacia un Estado federal para reconocer la “singularidad” de Cataluña en la Constitución. Navarro recogió el guante y, lejos de sentirse desautorizado, se felicitó de haber forzado el giro federalista del PSOE.
Rubalcaba equipara el “rupturismo” de la Generalitat y el “inmovilismo” del PP
La dirección socialista está convencida de que la explosión soberanista “se le ha ido de las manos” a la Generalitat y que la carga “emocional” es ya tan fuerte en buena parte de la población catalana que contenerla requiere propuestas de calado, como la suya de reforma constitucional. “Lo de Cataluña no se va a arreglar con un pactito con [el ministro de Hacienda, Cristóbal] Montoro”, dijo la pasada semana la número dos del PSOE, Elena Valenciano. Lo que plantean los socialistas es abrir el melón constitucional para cambiar —entre otras muchas cosas que han ido sumando en estos meses— el Título VIII, el de la organización territorial del Estado, incorporando demandas nacionalistas.
Una vez cambiada de arriba abajo la Constitución, esta se sometería a referéndum —en el que votarían todos los españoles— y después se invitaría a Cataluña a elaborar un nuevo Estatuto, lo que requeriría otro referéndum —solo para los catalanes—. Así, sostienen fuentes del PSOE, Cataluña ejercería su “derecho a decidir”: votando en referéndum otro Estatuto. Eso sería a medio o largo plazo; a corto, los socialistas no quieren aún pronunciarse sobre qué hacer si la Generalitat convoca finalmente una consulta ilegal.
El PSOE ha dado su apoyo claro a Rubalcaba en esta apuesta; aun así, hay un sector que cree que el partido está perdiendo su norte con este debate territorial, pecando de tibieza con el soberanismo catalán cuando no lo hizo, por ejemplo, con el vasco.
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