Rajoy: “Voy a cumplir mi mandato, España es una democracia seria”
El presidente descarta dimitir y dice que los SMS prueban que no aceptó chantajes Evita citar a Bárcenas y remite a su desmentido del pasado 2 de febrero
Mariano Rajoy está dispuesto a resistir pase lo que pase. Casi a la misma hora en que su extesorero, Luis Bárcenas, hombre de su absoluta confianza al que le unía una relación personal, estaba en la Audiencia Nacional acusando al presidente de haber recibido dinero negro en billetes de 500 euros como sobresueldos, Rajoy lanzaba desde La Moncloa un mensaje claro a todo el mundo político español e incluso europeo, que se pregunta si aguantará la presión del escándalo: “Voy a cumplir el mandato que me han dado los españoles”.
Esto es, piensa llegar hasta 2015. La cúpula trata así de taponar la vía de agua y cerrar las especulaciones sobre una posible dimisión del líder del PP. Bárcenas no logrará probar sus acusaciones y Rajoy resistirá, se conjuran los suyos, preparados para un largo calvario de revelaciones.
Hace solo dos semanas, el presidente del Gobierno descartó que Luis Bárcenas le estuviera chantajeando. “Eso no se ha producido en ningún momento”. Pero el caso ha dado un giro total y este lunes fue el propio Rajoy quien adoptó en primera persona la versión oficial que sí ha habido intento de chantaje, pero no se ha aceptado. Ante la publicación en El Mundo de SMS entre Rajoy y Bárcenas, en el que el presidente le mandaba ánimos incluso después de que se supiera que tenía 16 millones de euros en Suiza, él dio un giro de 180 grados ayer. Reconoció esos mensajes y lejos de admitir algún error, dijo: “los SMS que se publican lo único que hacen es ratificar que el Estado de Derecho no se somete a chantajes”.
Solo unas horas después de mandar ese último mensaje del 18 de enero en el que le decía “Luis, lo entiendo, sé fuerte, mañana te llamaré”, cuando ya se conocía la cuenta en Suiza, el presidente dijo en un mitin en Málaga: “Si alguna vez tengo conocimientos de conductas impropias que afecten a militantes del PP no me temblará la mano”.
Rajoy, en una respuesta que llevaba muy preparada y que leyó casi en su totalidad, incluso bajó al detalle de tratar de demostrar esa tesis: desde que él llegó a La Moncloa, explicó, no se han cambiado ni los fiscales ni los policías encargados del caso, algo que le reclamaba Bárcenas en sus mensajes. Esto es, no aceptó las peticiones. Sin embargo, nunca hizo públicas esas reclamaciones, de hecho negó y negó que hubiera chantaje.
“Ni se ha producido ni se va a producir ningún tipo de sugerencia o presión ni a la administración de justicia, ni a la tributaria, ni a la policía judicial. La mejor prueba es que los fiscales, el juez, los policías o el personal de la administración tributaria que interviene en este caso son las mismas que lo llevaban antes de la formación del actual Gobierno”. Rajoy llegó a decir que “España es una democracia seria” y que “el Estado de derecho no se somete a chantaje”.
Eso sí, el presidente evitó de nuevo citar a Bárcenas y desmentir expresamente sus acusaciones. “Un presidente no puede salir al paso de todos los rumores que se publican”, dijo para justificar su silencio. “Me reafirmo en lo que dije el 2 de febrero”, sentenció para remitir al desmentido sobre los sobresueldos que hizo cuando EL PAÍS publicó los papeles de Bárcenas. Eso sí, el presidente dejó claro que ni va a acudir al Congreso ni va a hablar más de este asunto. Completó esa versión oficial Dolores de Cospedal, que sí negó expresamente haber recibido dinero de Bárcenas pero rechazó pedir perdón por haber tenido alguien como él al frente de la caja del PP e incluso llegó a negar que tuvieran una “relación laboral” con él aunque le pagaran 23.000 euros al mes hasta el 31 de enero de este mismo año.
Este era el mensaje de defensa para frenar la ola de indignación que ha causado también dentro de su propio partido la comprobación de que Rajoy mantuvo una relación estrecha con su extesorero e incluso intentó apaciguarlo, pidiéndole que estuviera tranquilo y se mantuviera fuerte. Pero el presidente quería ayer hacer algo más para intentar calmar las aguas de la política española y sobre todo controlar a su partido, el único que podría forzar una salida de Rajoy para colocar a otra persona del PP, como pide la oposición.
Rajoy trata de seguir como si nada, y ayer mismo llamó a José Manuel Durao Barroso para interesarse por el sector naval. Pero nada es igual y su posición está muy debilitada, según admiten los más cercanos. Muchos en el PP esperaban las palabra del presidente para saber a qué atenerse. Y él trató de despejar dudas y de nuevo apelar, también como mensaje a los socios europeos que puedan temer que caiga, a su mayoría absoluta. “El gran valor que tiene España es su estabilidad política, si otros quieren jugar a otras cosas es su responsabilidad”, dijo en referencia a la oposición y la posible moción de censura. “Yo garantizo que hay un Gobierno estable y que va a cumplir”, remató.
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