La familia del expresidente viajaba también con Pasadena
Muchos de los viajes aparecen como “pendientes” de cobro
La contabilidad interna de Pasadena Viajes y las fotocopias de su facturación a cientos de clientes muestran cómo durante años la agencia propiedad de Francisco Correa se encargó de numerosos viajes de la familia de José María Aznar, principalmente de su hijo José María entre Nueva York y Madrid; y de su hija Ana y su yerno Alejandro Agag. Muchos de los viajes que aparecen en la documentación incorporada al sumario del caso Gürtel corresponden al matrimonio Aznar/Agag y a diferencia de los facturados a nombre de José María Aznar Botella, el hijo del expresidente del Gobierno, aparecen como “pendientes” de cobro.
Además, en la documentación figuran estadillos de clientes de Pasadena Viajes con las deudas pendientes en los que aparece el yerno del expresidente con cantidades superiores a 6.000 euros correspondientes a viajes realizados, en muchos casos, meses y hasta un año antes. Agag ha asegurado a este periódico que todos los viajes que realizó con Pasadena están pagados por él mismo, y que si en las facturas aparecen como “pendientes” se debe a que tenía una cuenta con esa agencia que liquidaba de manera periódica.
El jefe de la trama Gürtel, Francisco Correa, se jactaba de su buena relación con José María Aznar Botella, hijo del expresidente. Y quiso demostrárselo a una de sus empleadas. Esta y su hermana hicieron un viaje en 2005 a Nueva York y cuenta así lo que ocurrió: “Al llegar al hotel en Nueva York, era la víspera de Halloween, Correa me llamó para interesarse por el viaje. Y me dijo que iba a llamar a José María Aznar junior para que nos recogiera en el hotel y nos enseñara Nueva York”. Inicialmente, esta empleada, que prefiere mantener el anonimato, no dio crédito a las palabras de Correa. “Pero horas después nos llamaron a la habitación diciendo que teníamos una visita en recepción. Bajamos, y allí estaba el hijo de Aznar con dos amigos, españoles. Nos llevaron a un pub a tomar una copa. Al rato, el hijo de Aznar desapareció sin decir nada. Era un martes, y la vuelta a Madrid estaba programada para el domingo. Los siguientes días quedamos también con amigos del hijo de Aznar, algunos compartían piso con él. El penúltimo día nos invitaron al apartamento, de lujo, en pleno Manhattan, a una cena. Y ese día sí apareció por el piso. Me dijo que viajaba a España una vez al mes, y que lo hacía con Pasadena Viajes”, recuerda esta empleada.
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