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El PP rechaza que Marivent sea abierto al público y se quede sin ayudas

Los populares defendieron que el Gobierno de Baleares continúe pagando su mantenimiento

El grupo parlamentario balear econacionalista Més (PSM de Mallorca, Entesa per Mallorca e Iniciativa Verds) reclamó ayer, en vano, en la Cámara balear y mediante una proposición no de ley, que el Palacio de Marivent sea abierto al público. Més solicitó que se reconsidere su uso como "residencia privada" de la Familia Real y además que el Gobierno de Baleares retire la asignación anual de más de un millón y medio de euros que se destinan al mantenimiento y limpieza de los edificios y jardines del enclave litoral.

El PP, con mayoría absoluta, se opuso, y el PSOE presentó una enmienda para incluir en la resolución de rechazo que el Gobierno central asuma el mantenimiento del complejo, siempre que siga siendo residencia oficial de los miembros de la Familia.

En el debate en la comisión de Cultura, el diputado nacionalista Antoni Alorda argumentó sobre la necesidad y oportunidad política de su iniciativa. Vicenç Thomàs, del PSOE, buscó una posición de equilibrio, al implicar al Estado en la asunción de las partidas económicas que Baleares destina a gastos de jardineros y personal de limpieza. Marga Prohens, del PP, explicó el porqué de su rechazo con una reflexión de elogio a la Familia Real y contra la intencionalidad política de Més.

El complejo del Palacio Marivent, que usa la Familia Real para sus vacaciones de verano y primavera, en su mayor parte es propiedad de la administración autonómica de Baleares y una porción menor de terrenos es del Patrimonio Nacional. El palacio se construyó sobre la costa cerca de un gran pinar en 1923. Junto con su entorno, fue cedido a la extinta diputación de Baleares en 1965, por la viuda del filántropo griego que lo levantó y dio nombre, Juan de Saridakis, para que fuera destinada a complejo público.

La mansión y sus colecciones de arte pueden constituir un museo abierto al público. Lo fueron de manera muy parcial a principios de los años 70. A mitad de la misma década, Marivent fue cedido en uso a don Juan Carlos y su familia, cuando era príncipe. Desde aquel momento el recinto es de alta seguridad y nunca se ha abierto a las visitas.

Los herederos de Saridakis y su esposa pleiteraron en los años 80 contra la administración autonómica por entender que se habían vulnerado las condiciones de la donación. Por la vía de los tribunales recobraron sus colecciones de arte, libros cerámica. Y después vendieron unos solares que aún poseían al Estado, Patrimonio Nacional, y la demanda declinó. Posteriormente, el complejo se amplió con Son Vent y la restauración de otros caserones militares.

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