El secretario de las infantas admite que tuteló el despegue de Nóos
García Revenga califica de “testimonial” su participación en el instituto El asesor de doña Cristina alega que se ha falsificado su firma en las actas
El secretario de las infantas Elena y Cristina y antiguo tesorero del Instituto Nóos, Carlos García Revenga, definió su papel en esta entidad, en teoría sin ánimo de lucro, de meramente “testimonial”. En su declaración como imputado ante el magistrado José Castro, el empleado de la Casa del Rey afirmó haber sido ajeno a cualquier interés económico y de compromiso en la gestión. Su labor, afirmó, consistió únicamente en servir de acompañante y asesor de Cristina de Borbón y de Iñaki Urdangarin en el despegue empresarial de la entidad.
García Revenga perteneció entre 2003 y 2006 a la junta directiva de la institución que lideró el yerno del Rey junto a su entonces socio Diego Torres. Sin embargo, el secretario afirmó que tras desvincularse de Nóos se desentendió de toda actividad privada económica del duque. Ese año 2006, la junta del instituto se disolvió y, teóricamente, Urdangarin abandonó su actividad en la entidad.
García Revenga participó en el juzgado en la misma tarea en la que se aplicó previamente Urdangarin: construir muros y cortar toda posible vía de relación de la Casa del Rey y de su entorno con la actividad empresarial del duque de Palma. El secretario negó en su declaración lo que ha sostenido repetidamente Diego Torres, esto es, que Zarzuela amparó y tuvo conocimiento de los negocios del esposo de Cristina de Borbón. El antiguo socio de Urdangarin pretende documentar esta tesis con un goteo de aportaciones de correspondencia privada y profesional del yerno del Monarca.
Una de las cuestiones que quería dilucidar ayer el juez Castro es el papel desempeñado por José Manuel Romero, asesor jurídico del Rey y conde de Fontao. García Revenga negó que Romero, hombre de plena confianza del Monarca, le informara de aparentes dudas sobre las funciones del Urdangarin como gestor privado ante las Administraciones.
El consejero de las infantas también rechazó saber las circunstancias de las fundaciones pantalla que se crearon en torno a Nóos tras la orden de don Juan Carlos de que su yerno abandonara los negocios de búsqueda de patrocinios de Gobiernos autonómicos y Ayuntamientos. García Revenga explicó que solo estuvo en dos ocasiones en la sede de Nóos en Barcelona —una por mera cortesía y otra vez para recoger al duque—, y recalcó que no participó en ninguna reunión ejecutiva, aseguran fuentes cercanas al caso.
Al exhibírsele las actas y documentos de constitución y renuncia de la directiva de Nóos, donde figura junto a la Infanta, ambos con su firma, Carlos García Revenga dio a entender que la rúbrica que se le atribuía no era auténtica. El secretario trató de evadir esta evidencia y adujo que la firma pudo ser un garabato que efectuara otro, una supuesta suplantación o falsificación. Además, su defensa alegó un error entre la fecha de su adhesión al Instituto Nóos y la que aparece en la hoja de la firma del acta.
Según fuentes judiciales, García Revenga detalló que, por amistad y plena confianza con el yerno del Rey, le tuteló en sus comienzos como consultor y asesor, hasta que en 2006 se consideró que este tenía suficiente grado habilidad y madurez. García Revenga señaló que Nóos fue la primera aventura empresarial de Iñaki Urdangarin y que en la organización y gestión este estaba al mismo nivel que su exsocio Diego Torres. El asesor de las infantas contestó a todas las preguntas que le formularon el juez, el fiscal y los cerca de 20 abogados presentes en la sala.
Para la acusación, el tesorero de Nóos amparó de manera cerrada al duque, a la Infanta y a la Casa del Rey. Sin embargo, García Revenga exhibió lagunas de memoria acerca de algunas empresas en las que figuró o cobró Urdangarin mientras que conocía al detalle otras, por ejemplo Namasté.
El secretario de la hija del Rey, con más de 20 años de experiencia en el cargo, y antes, como profesor de las infantas, recalcó que por su cargo de tesorero en el Instituto Nóos nunca cobró cantidad alguna y que él solo percibía una remuneración de la Casa del Rey. Según su propio testimonio, no actuó de tesorero ni de contable porque es lego en la materia, y ocupaba ese cargo únicamente porque los estatutos de constitución de Nóos exigían que existiera esa figura. La infanta Cristina participaba en el instituto como vocal de la junta directiva.
Tras su declaración, de poco más de dos horas, Carlos García Revenga —que es la última de las personas imputadas en el caso Nóos— comentó que “lo peor” de la situación está siendo la presión de los medios de comunicación. En varios de los cientos de correos electrónicos aportados por el exsocio de Iñaki Urdangarin se indica cómo era la labor de asesoramiento del secretario hacia el duque, en sus tratos institucionales y en determinadas propuestas.
García Revenga manifestó que la entrega de los correos electrónicos es ilegal y viola su intimidad. Por esta razón anunció que interpondría una querella contra Torres. El letrado del antiguo socio de Iñaki Urdangarin le replicó defendiendo la legalidad de la difusión de esas comunicaciones. El juez y el fiscal preguntaron sobre aspectos contenidos en los correos electrónicos, con lo que indirectamente les dan carta de validez, según fuentes de la acusación.
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