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Margallo y Morenés discrepan sobre la implicación en el conflicto de Malí

El ministro de Exteriores advierte de que hará falta más dinero y más soldados de los previstos

Miguel González | Enviado especial
García-Margallo saluda a su homólogo de Níger, Mohamed Bazoum.
García-Margallo saluda a su homólogo de Níger, Mohamed Bazoum.Emilio Naranjo (EFE)

“La operación de liberación de Malí va a exigir más esfuerzo del que se había previsto”. El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha reconocido en Niamey (Níger) que erradicar a los grupos yihadistas de Malí y convertirlo en estado viable resultará más difícil y costoso de lo esperado. “Se han detectado necesidades que van a requerir recursos adicionales humanos y financieros”, admitió, al inicio de una gira por el Sahel que le llevará también a Bamako (Malí) y Nuakchott (Mauritania).

Margallo tradujo en cifras este incremento exponencial de las necesidades militares: las tropas francesas en Malí han pasado de 1.500 a 4.000 y las africanas de 3.500 a 8.000. ¿Cómo afecta eso a España? El Congreso aprobó la aportación de un avión de transporte Hércules C-130, con 50 militares, que opera desde Dakar (Senegal) en apoyo a la operación franco-africana; y un máximo de 50 instructores para la misión europea de formación del Ejército maliense. Además, ha aceptado enviar una sección con 30 soldados para proteger a los formadores europeos en el campo de instrucción de Kulikoró, a 200 kilómetros de Bamako (Malí), pero Francia le reclama 30 más.

Según Margallo, uno de los objetivos de su gira es evaluar la situación sobre el terreno antes de elevar al Consejo de Ministros una hipotética ampliación de la contribución española, a la que Exteriores se muestra favorable. Pero esta decisión tropieza con la resistencia de su colega de Defensa, Pedro Morenés, quien insiste en no sobrepasar el tope de 50. Ello será posible si la fuerza de protección se limita a 30 militares –con una paralela reducción de los instructores a 25--, pero no si se aumenta a 60. En ese último caso, el Gobierno tendría que recabar de nuevo el aval del Congreso.

El ministro se ha reunido esta mañana en Niamey con el general de brigada de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas, jefe de la misión de asesoramiento policial EUCAP-Sahel. Espinosa, que manda a 40 expertos europeos (incluidos tres españoles), está pendiente de que la UE autorice la extensión de su misión a Malí, lo que resulta fundamental para que las fuerzas de seguridad malienses vayan sustituyendo al Ejército en las reconquistadas ciudades del norte. Pero la ampliación obligará también a una mayor aportación española en policías o jueces.

Encajonada entre Malí y Nigeria, donde actúan distintas ramas de Al Qaeda, y poseedora de las minas de uranio que alimentan las centrales nucleares francesas, Niger intenta contener el efecto contagio. Margallo ha acordado con las autoridades de Niamey la firma de un acuerdo de colaboración antiterrorista y ha escuchado como estas se oponen a la concesión de cualquier tipo de autonomía a los tuaregs de Malí, por la que hasta ahora apostaba la UE. Níger tiene 1,5 millones de habitantes de esta etnia y teme todo lo que huela a la creación de un estado tuareg.

Margallo viaja acompañado por el secretario general de Cooperación, Gonzalo Robles, y el director de la agencia española de cooperación (AECID), Juan López-Dóriga. Níger es uno de los países más pobres del mundo (el penúltimo en el índice de desarrollo humano), con una natalidad fuera de control (siete hijos por mujer) y un problema crónico de desnutrición severa aguda, que obligó el año pasado a atender a 390.000 menores de cinco años.

Aunque los países del Sahel siguen figurando como objetivo prioritario de la cooperación española, también han acusado el drástico recorte de fondos: España dedicó 14 millones anuales a Níger entre 2008 y 2011; y casi 11 en 2012, pero carece de presupuesto para este año. De su lado, Malí recibió 30 millones anuales hasta 2010; y 15 en 2011. Tras el golpe de marzo del año pasado, la ayuda se redujo a 5,4 y para este año solo hay 4,2. Margallo quiere lanzar un plan especial de cooperación para la región, pero también tendrá que superar la resistencia de un compañero de Gabinete; en este caso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

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Sobre la firma

Miguel González | Enviado especial
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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