Un año de tira y afloja

Se han visto con frecuencia en 2012. Han protagonizado encuentros bilaterales y diálogos en diversas cumbres internacionales. Y, según dicen desde La Moncloa, departen por teléfono. Mariano Rajoy (PP) ha visto cómo su relación con la canciller alemana, Angela Merkel, evolucionaba desde la coincidencia ideológica en las tesis conservadoras, hasta el desencuentro por la negativa de Berlín a adoptar políticas expansivas. En uno de los peores años de la crisis económica, España ha renegociado el objetivo de déficit, ha solicitado un rescate financiero y ha pasado de buscar cobijo en los brazos de la canciller a solicitar el amparo del presidente italiano Mario Monti y del socialista francés François Hollande. A la fuerza ahorcan.

En enero de 2012, Rajoy y Merkel se reunieron en Berlín. Rajoy evitó plantear a la canciller alemana una revisión de los objetivos de déficit. Entonces aún no se había puesto en marcha ni la reforma laboral ni los principales recortes que durante este año ha adoptado el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En aquella cita el presidente del Gobierno llegó a decir que la reducción del gasto debe ir acompañada de políticas de estímulo. Merkel hizo oídos sordos, aunque la delegación española llegó a creer que tendrían margen para su ampliación.

Un mes después Rajoy desvelaba en Bruselas, también como primera noticia para sus socios europeos, que el objetivo de déficit para 2012 sería del 5,8%, casi un punto y medio por encima del 4,4% al que Zapatero se había comprometido con la Unión Europea. Días después, el Eurogrupo desautorizaba a Rajoy y exigía llegar al 5,3%. La consecuencia, harían falta más recortes.

En mayo, ambos dirigentes pasearon a bordo del barco First Lady por la ciudad de Chicago (EE UU), donde se celebraba la cumbre sobre la OTAN. Rajoy aseguró que Merkel respaldaba la actuación de su Gobierno y que compartía la necesidad de continuar con las reformas estructurales y el recorte del déficit. "Merkel apoya nuestra política" dijeron entonces desde La Moncloa.

A finales de junio Roma acogía un encuentro entre Merkel, Rajoy, el italiano Monti y el francés Hollande. Los cuatro líderes europeos enviaron un mensaje de estabilidad a los mercados respecto a la moneda única europea. Esas turbulencias serían meros baches comparados con el acoso que el mercado de deuda español sufriría un mes después.

En septiembre, Rajoy y su homóloga alemana se veían en Madrid. Merkel visitó España y se esforzó por aplaudir a Rajoy y sus reformas y por mostrar confianza en el euro y la economía española. La canciller quiso huir de la imagen "intervencionista" que algunos sectores de la opinión pública española le achacan. “No he venido a decir qué reformas tiene que hacer España, tengo plena confianza en su presidente del Gobierno. Tengo gran respecto ante las reformas que está llevando a cabo”, aseguró. Y añadió: “Ningún país debe imponer reformas a otro porque sí ni complicar la vida a los demás”.

En octubre de 2012, Rajoy exigió ante Merkel el cumplimiento de los acuerdos adoptados en el Consejo Europeo de junio, entre los que figuraba la puesta en marcha antes de final de año de un supervisor único de la banca europea, condición necesaria para hacer posible la recapitalización directa de la banca.

Hace poco más de una semana se reunieron en Chile en el marco de la cumbre UE-América Latina y Caribe. Allí, según fuentes conocedoras, se habló fundamentalmente de políticas europeas para impulsar el crecimiento.

El encuentro de hoy se produce tres días antes de que se reúna el Consejo Europeo donde los líderes de los Veintisiete intentarán llegar a un acuerdo sobre el próximo presupuesto comunitario. La sombra de los papeles de Bárcenas planeará hoy sobre Berlín.