Crespo: “No me imputarán porque no he hecho nada malo”

El que fue alcalde de Lloret de Mar (Girona) de 2003 a 2011, Xavier Crespo, siguió ayer con la gira médiatica para defender su inocencia en la presunta trama mafiosa que salpica a la ciudad de la Costa Brava (40.837 habitantes) y que planea sobre su consistorio. Crespo negó tajantemente en diversas radios (Rac1, Catalunya Ràdio y la SER), en El Periódico de Catalunya, en el canal autonómico 8TV y el domingo en TV3 que haya cobrado sobres con dinero en negro a cambio de favorecer los negocios de Andrei Petrov, acusado de ser el capo de la mafia. Petrov está desde ayer en prisión sin fianza por orden de la Audiencia Nacional. Contra Crespo no hay hasta ahora ninguna acusación. En 2011, la Fiscalía Anticorrupción que ya investigaba el caso pidió su imputación al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que lo denegó por falta de indicios. Ahora los investigadores buscan pruebas contra el exalcalde, del que sospechan que su entorno recibió pagos a cambios de favores.

“Es mentira. Mi entorno es mi mujer y mis hijos. Yo no puedo decir si otra gente lo ha hecho”, esgrimió el alcalde al ser preguntado sobre esos pagos. “No me imputarán porque no he hecho nada mal hecho, ni yo personalmente ni en representación del ayuntamiento. Todas las cosas se hicieron con transparencia”, añadió en la SER. Crespo admitió, sin embargo, que viajó a Rusia a conocer los negocios de Petrov, del que dijo creer que poseía una compañía relacionados con la gasística rusa Gazprom.

Restaurantes de lujo

Pero no solo él, también su concejal de Urbanismo, Josep Valls, se reunió con el exitoso empresario, que logró pasar de churrero a un inversor de primera línea en pocos años. En una entrevista en El Periódico, Crespo admite que ambos comieron en un conocido y lujoso restaurante de Barcelona, el Botafumeiro, con Petrov. El objetivo, según el diputado, era exigirle diversos pagos del patrocinio tanto del equipo de Hockey como del de Futbol (que preside Valls) que tenía pendientes.

El presunto mafioso admitió ayer ante el juez que esos patrocinios empezaron precisamente después de que este obtuviese la gestión del 35% de un centro comercial que levantó en la antigua plaza de toros. El pleno Consistorio, con los votos de CiU y PP, le perdonó además el pagó de 133.500 euros, después de que declarase las obras de interés público.