El inspector marítimo que subió al ‘Prestige’ acusa al capitán de “sabotearlo”
Serafín Díaz ha negado que fuese "imposible" encender el motor, como sostuvo el jefe de máquinas
El exinspector naval Serafín Díaz, enviado por Capitanía Marítima a bordo del Prestige para que arrancase su máquina al día siguiente de su accidente frente a Fisterra, en noviembre de 2002, ha acusado al capitán y al jefe de máquinas, principales acusados en el juicio de esta catástrofe, de “sabotear” el motor de encendido para “embarrancar” el buque en la costa gallega.
Díaz, que ha tildado de “inconcebible” el comportamiento profesional de ambos por los numerosos “obstáculos” que según él pusieron para impedir arrancar el barco, entonces herido y “vertiendo” fuel al mar, cuando estaba a solo cuatro millas de Muxía. El funcionario de Fomento, ya jubilado, ha afirmado que el Prestige estaba “herido de muerte”, como mantuvo el otro acusado en este macrojuicio, el exdirector general de Marina Mercante, José Luis López Sors. Pero sin embargo, Díaz reconoció que era “una impresión suya”, una observación que solo hizo desde el helicóptero que lo llevó a bordo, y que tampoco podía afirmarlo porque ni era experto en estructuras, ni tampoco era su cometido.
El exinspector ha negado que fuese "imposible" encender el motor, como sostuvo el jefe de máquinas, y ha negado que hubiese una "razón técnica". En concreto, ha señalado que no arrancaba "porque no tenía combustible" debido a que una válvula estaba "intencionadamente cerrada" y que se rompieron "aposta" unas varillas.
Preguntado a qué podía obedecer este comportamiento, ha manifestado que, en su opinión, la intención era que el buque "quedase embarrancado en la costa". "No habría este juicio y el beneficio sería de carga y de barco", ha sentenciado el exinspector.
En el juicio, algunos letrados, como de la propietaria del buque 'Mare Shipping' o el del jefe de máquinas, han cuestionado sus conocimientos de inglés para comunicarse con la tripulación o su capacitación profesional. Sobre esto, ha admitido que no llegó a navegar un año en un barco, pero ha replicado que ha trabajado "34 años" como inspector. También se le ha preguntado por el hecho de que en febrero de 2003 -tres meses después del siniestro- le nombrasen capitán marítimo de A Coruña, un cargo que ha atribuido a su "lealtad profesional". Además, ha admitido que era amigo desde hace "un montón de años" del exdirector general de Marina Mercante, José Luis López Sors
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