Hundimiento de una estrategia
CiU movilizó todo su electorado, lo que en unas autonómicas sin tanta participación le hubiera dado para una cómoda mayoría
Todos los partidos catalanes, menos ERC, Ciutadans e IC-IU, podrían suscribir la frase de Pirro: "Con esta victoria no necesitamos una derrota". El resultado ha sido inesperado. Cuando se ven en votos surgen conclusiones diferentes a la visión en escaños.
Lo más llamativo es la fragmentación del mapa político catalán: un partido roza el 30%, cuatro están entre el 10% y el 15%, otro en 7,6% y otro, que se mueve en lo antisistema, un 3,5%.
Lo segundo, la elevada participación, mayor que en las generales de 2011 e igual a las de 2008. Esta es la clave: CiU movilizó todo su electorado, pero lo que en unas autonómicas convencionales da para una cómoda mayoría, con esta participación da para tener que recurrir a una coalición. Es decir, el patrón de comparación de estas elecciones son las generales de hace un año, más que las autonómicas de hace dos. La enorme presión de la apuesta de Mas provocó este efecto, su error ha sido tensionar a todo el mundo. Como sugirió en el Majestic, la política taimada de CiU es más eficaz. Lo que se ha hundido no es el proyecto soberanista, la suma de CiU y ERC lo prueba, sino la estrategia de ir a un referéndum confuso que permitiera a la élite de CiU negociar un encaje posterior. No será posible, ERC lo impedirá y no va a participar en las políticas para corregir el déficit.
CiU se ha mantenido. Moviliza en los últimos años entre un millón y 1.200.000 votantes. Ha obtenido sólo 80.000 menos que en las autonómicas de 2010, no es un gran descenso, y 100.000 más que en las generales.
ERC ha duplicado sus votos de las generales, de apenas 250.000 a medio millón. Solo unas pocas decenas de miles pueden proceder de CiU. De donde ha recogido votos es de la disolución del PSC y de nuevos votantes. ERC no paga el desaguisado del tripartito porque sus apoyos responden a otra lógica, antisistema, una apelación sublimada a la independencia.
El PSC (antes PSOE) pierde votos en todas direcciones, como consecuencia del recuerdo del tripartito y de su debacle estratégica, o sea, eso del federalismo esponjoso. La puesta en escena de su campaña, en catalán y presidida por la senyera, ha excluido a una parte de sus votantes, ha olvidado que era el partido puente. Resultado: ha conseguido la mitad de los votos que en las generales de 2011, y desde 2008 ha perdido la escalofriante cifra de 1.175.000 votos. Resultado proporcional a su desorden estratégico.
¿Dónde han ido los votos del PSC? A IC-IU por la izquierda, a Ciutadans por el centro y a ERC. Hacia IC-IU tiene lógica, la campaña de Herrera se ha basado en temas sociales. Hacia ERC porque tras el tripartito el electorado socialista quedó sumergido en la confusión. Ciutadans ha ganado 170.000 votos en dos años, procedentes del PSOE y del PP. Se ha abierto un espacio por la debacle estratégica del PSC y la desorientación del PP. El PP ha perdido un tercio de sus votos de 2011, aunque ha conseguido casi 100.000 más que en las autonómicas de 2010. Pero, hay que insistir, con este nivel de participación estas elecciones deben compararse con las generales de 2011. Con esta referencia su desgaste es evidente, más cuando en estas elecciones su electorado se sentía a la defensiva. Que el partido que gobierna España consiga un 13% de los votos en Cataluña lo dice todo. El desgaste del Gobierno ha pasado factura.
Las elecciones se saldan con un debilitamiento de los partidos constitucionalistas (PP+PSC). El problema de la soberanía se va a plantear con crudeza, salvo que CiU decida girar y llegar a un acuerdo con el PSC. El PSC volvería así al proyecto del PSOE: ser un partido de gobierno, sea como sea. Los dos perdedores podrían sostenerse mutuamente, depende de Mas.
Una consideración final, estas elecciones vuelven reflejar el bloqueo de la política española. Varios dirigentes han llevado a sus partidos a resultados catastróficos por sus decisiones. Ninguno presentó su dimisión porque saben que no hay órganos internos en sus partidos que les vayan a pedir responsabilidades por esto. Esto es lo que debe renovarse de la política española, el funcionamiento de los partidos.
José Antonio Gómez Yáñez es socio de Estudio de Sociología Consultores y profesor de Sociología de la Universidad Carlos III.
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