Kutxabank anuncia que paraliza los desahucios tras el suicidio de Egaña
El presidente del Popular aboga por que la futura reforma “no perjudique al que paga”
La banca se ha revuelto a cuenta de los desahucios. Pero, sobre todo, ante los últimos sucesos relacionados con los mismos. El suicidio de una vecina de Barakaldo con hipoteca en La Caixa, Amaya Egaña, el pasado viernes, minutos antes de que la comitiva judicial accediera a su vivienda, provocó que Kutxabank, la entidad creada tras la fusión de las tres principales cajas vascas, anunciara ayer la paralización temporal de las ejecuciones de desahucios. La misma decisión que adoptó Caja Laboral Ipar Kutxa.
Con un escueto comunicado de apenas dos párrafos, el presidente de Kutxabank, Mario Fernández, explicó que “ha dado instrucciones para que la entidad suspenda de forma inmediata todos los procedimientos de ejecución hipotecaria” hasta que se conozca la nueva normativa, pactada por PP y PSOE, y que horas después de la muerte de Egaña el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se comprometió a acelerar. La decisión de Fernández afectará solo a las primeras viviendas.
“Lo que se haga, que no perjudique a la inmensa mayoría que paga”, apuntó, por el contrario, el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, en referencia a los cambios que introduzca la reforma de la ley. Tras la junta general de accionistas extraordinaria, Ron advirtió que la nueva normativa podría “premiar” el impago y dificultar la recuperación económica. La entidad precisó a EL PAÍS que no va a dejar “a nadie en la calle”, y que en los tres últimos años el banco ha registrado 17 casos de desahucios en los que siempre se ha llegado a un acuerdo con las personas afectadas que ha incluido el pago de un alquiler social hasta que se salde la deuda, informa Íñigo de Barrón.
A las reacciones de Kutxabank, Caja Laboral y Pastor, se sumó Bankia. Después de que el alcalde de Santa Cruz de Tenerife explicara que forzó la paralización de un desahucio con la retirada de 1,5 millones de euros de la entidad, Bankia puntualizó en otro comunicado que la presión de “ninguna institución” ha provocado que cambie su proceso de negociación con la vecina afectada, Carmen Omaña, de origen venezolano, y que tras ser desalojada de su vivienda en octubre comenzó hace cinco días una huelga de hambre.
La indignación ciudadana tras la muerte de Egaña, que provocó una manifestación multitudinaria en Barakaldo, como hace tiempo no se recordaba y en la que participaron miles de personas, también dejó un reguero de pintadas contra los bancos en diversas sucursales de Euskadi. Varias oficinas amanecieron ayer con pintadas en las que se podía leer en euskera “asesinos” en locales de Barakaldo, Bilbao y San Sebastián.
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