Abucheo a Duran Lleida
El líder de Unió acude a la marcha en silla de ruedas Varios exconsejeros socialistas secundan la protesta
El titubeo de Josep Antoni Duran Lleida con la marcha independentista, anunciando primero que no acudiría y desdiciéndose después, le valió este martes el abucheo de una parte de los manifestantes. El líder de Unió llegó a la manifestación en silla de ruedas debido a una lesión de menisco y en los más de 30 minutos que estuvo presente tuvo que escuchar gritos de botifler (traidor).
La disciplinada militancia de CiU apagó los reproches megáfono en mano con los lemas independència! y Mas president, Catalunya independent. Al final, algún manifestante fue más allá y lanzó monedas a Duran Lleida. Una docena de agentes de paisano de los Mossos d’Esquadra que le custodiaban evitaron el impacto desplegando varios paraguas. A la vista de la situación, Duran Lleida acabó abandonando la marcha, también en silla de ruedas, e increpado por algunos manifestantes que se cruzaba por el camino.
El líder de Unió pidió a Mariano Rajoy que, “si hay inteligencia, deberá entender el clamor de la manifestación y que Cataluña no quiere vivir en las actuales circunstancias de ajustes fiscales”.
Todo el Gobierno catalán, a excepción de la consejera de Justicia y el de Interior, acudieron a la manifestación y se colocaron tras una senyera (bandera catalana) que compartieron con dirigentes y cargos electos de Convergència (CDC) y de Unió Democràtica. Entre ellos, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, su esposa y su hijo Oriol Pujol. También estaba presente Helena Rakosnik, esposa de Artur Mas, quien la víspera de la Diada afirmó que compartía “el clamor” de los manifestantes. El senador del PNV Iñaki Anasagasti también acompañó a la comitiva nacionalista catalana.
El Partit dels Socialistes (PSC) se había desmarcado de la marcha por no compartir el lema independentista de la convocatoria, pero algunos de sus cuadros rompieron esa consigna y acudieron a la manifestación. Entre ellos, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, así como los exconsejeros del tripartito y ahora diputados autonómicos Ernest Maragall, Marina Geli y Montserrat Tura. Todos ellos están encuadrados en el sector más catalanista del PSC y se han mostrado críticos con la actual dirección desde el último congreso. Además de ellos, otros militantes socialistas pertenecientes a las corrientes críticas Plaça21 o Avancem, acudieron también a la marcha con pancartas independentistas.
Tanto Maragall como Ros coincidieron en que el partido sí estaba representado como tal por las personas que libremente habían acudido. “Si algo hemos sido los miembros del PSC es defensores de Cataluña y no se puede entender Cataluña sin el papel del PSC” desde las diferentes instituciones, dijo Ros. Por su parte, Maragall indicó que se trata de “demostrar lo que somos y lo que queremos ser. A partir de aquí, todo este clamor, toda esta voluntad explícita se ha de convertir en proyecto social y esto requiere trabajo, paciencia y generosidad”.
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