El Ejército vigila día y noche el peñasco Isla de Tierra

El Gobierno español quiere evitar por todos los medios volver a tener problemas en Isla de Tierra, el islote de soberanía española pegado a la costa marroquí en la bahía de Alhucemas en el que la semana pasada entraron 89 inmigrantes —y 73 fueron entregados a Marruecos—. Para ello vigila día y noche el minúsculo peñasco. Militares del contiguo Peñón de Alhucemas, también español, han colocado en el islote una tienda de campaña y hay continuamente un pequeño grupo controlando que no pase nadie. Isla de Tierra tiene presencia militar las 24 horas del día. El Ministerio del Interior ha confirmado que ningún inmigrante ha entrado en el islote y que se está extremando la vigilancia.

En la orilla marroquí hay también mucha vigilancia. Ayer, de madrugada, la actividad era frenética en la playa de Sfiha. Sobre la una comenzaron a buscar inmigrantes en los dos lados. Los militares españoles peinaban el peñasco y sus accesos para ver si alguien había entrado o tenía intención de hacerlo. Los agentes marroquíes, por su parte, buscaban por toda la playa y alrededores si había alguien escondido entre los árboles o alguno ten la intención de entrar.

La noche era muy oscura, solo iluminada por los rayos que caían a algunos kilómetros de Sfiha. Mientras algunos agentes marroquíes recorrían la zona con linternas, otros se agolpaban en la parte de la orilla más cercana a Isla de Tierra. Más de una veintena de personas trataban de evitar que alguien volviera a instalarse en el islote y comenzara de nuevo el quebradero de cabeza para ambos países. El dispositivo duró un par de horas aproximadamente, hasta las tres, hora española. Pero incluso después se veía de tanto en tanto alguna linterna que seguía controlando la zona.

España y Marruecos han resuelto el conflicto de Isla de Tierra de una forma que ambos Gobiernos consideran razonable -a pesar de las críticas de múltiples ONG sobre el procedimiento empleado para entregar a los 73 inmigrantes a Marruecos-. Pero son conscientes de que si no se refuerza la vigilancia y siguen llegando inmigrantes por esta vía, el problema será mayúsculo. Por eso, por el momento, la playa seguirá tomada por las fuerzas de seguridad.