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Las principales actuaciones contra el yihadismo en España desde el 11-M

Los islamistas radicales se han dedicado mayoritariamente al apoyo logístico al terrorismo

Desde los atentados de Atocha han sido numerosas las detenciones de yihadistas en España. La mayor parte de las operaciones se ha dirigido contra células de apoyo logístico para el reclutamiento, adoctrinamiento y envío de radicales a zonas de conflicto como Afganistán o Irak. Otras muchas han conseguido desarticular grupos encargados de la financiación de la red de Al Qaeda. Sin embargo, también se han abortado planes de ataque contra objetivos en España y otros países europeos. Además, en el marco de estas acciones antiterroristas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han conseguido capturar a individuos implicados en el 11-M. Esta es la cronología de las principales actuaciones policiales.

Entre octubre y noviembre de 2004 se desarrolló, en dos fases, la Operación Nova, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en la que se desarticularon dos células islamistas compuestas por 37 individuos que pretendían atentar contra edificios emblemáticos de Madrid, como la Audiencia Nacional, la estación de Príncipe Pio o el Santiago Bernabéu.

Entre el 13 y el 14 de diciembre de 2004, una acción policial incluida dentro de la Operación Nova acabó con la detención de tres argelinos, dos en Vitoria y uno en Teruel, acusados de organizar una célula yihadista para cometer atentados. Dos marroquíes relacionados con los atentados del 11-M fueron arrestados en Madrid.

El 17 de diciembre de 2004, una operación ordenada conjuntamente por los jueces Garzón y Del Olmo desarticuló en Lanzarote una célula de cuatro miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, que preparaba su base logística en la isla canaria tras la detención de miembros de su grupo en Francia y Bélgica. Uno de sus integrantes estaba implicado en los atentados de Atocha, mientras que otro guardaba relación con los atentados de Casablanca (Marruecos) en 2003. La documentación requisada permitía concluir que preparaban atentados en Europa contra grandes aglomeraciones de personas.

El 22 de marzo de 2005, dos presos preventivos en la cárcel de Ceuta fueron acusados de vinculación con el terrorismo islamista, al serles intervenidos planos detallados del ferry Ceuta-Algeciras y otros documentos que hacían sospechar que planeaban un atentado.

El 1 de abril de 2005, 13 personas fueron detenidas en la Operación Saeta, desarrollada en varias localidades madrileñas. Los arrestados fueron acusados de adoctrinamiento terrorista y de implicación en los atentados de Atocha.

El 15 de junio de 2005, la policía lanzó las operaciones Sello y Tigris contra el terrorismo islámico, desarrolladas en Madrid, Valencia, Cádiz, Ceuta, y los municipios catalanes de Barcelona, Santa Coloma de Gramanet, Sabadell y Villafranca del Penedés. La primera de ellas condujo a la captura de cinco integristas que habían ayudado a huir a uno de los suicidas de Leganés y enviaban terroristas a Irak. En la segunda operación, fueron detenidos 11 yihadistas, también acusados de organizar la captación, adoctrinamiento y envío de terroristas a Irak.

El 9 de diciembre de 2005, la Operación Green de la Guardia Civil detuvo a siete argelinos acusados del robo en urbanizaciones de lujo en la Costa del Sol para prestar apoyo económico a una facción argelina de Al Qaeda, así como de haber financiado ataques terroristas contra las tropas de la OTAN desplegadas en Afganistán. El 4 de julio de 2006 otro argelino fue detenido en Valencia por este mismo motivo.

El 10 de enero de 2006, agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil detuvieron a 20 personas en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), Madrid y Lasarte (Guipúzcoa), acusadas de pertenecer a dos células islamistas dedicadas a enviar terroristas a Irak. Ambas redes estaban relacionadas con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, implicado en los atentados del 11-M y Casablanca, y el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate.

El 12 de diciembre de 2006 fueron detenidos 11 yihadistas en Ceuta, en el marco de la Operación Duna, cuando los investigadores de la policía consideraron que los miembros de la célula radical planeaban pasar del discurso fanático a la acción terrorista contra un polvorín y el recinto ferial de la ciudad norteafricana.

El 5 de febrero de 2007 fue detenido en Reus (Tarragona) un islamista acusado de planificar acciones terroristas en Marruecos y captar a jóvenes dispuestos a cometer atentados suicidas en Irak.

El 24 de julio de 2007, dos ciudadanos sirios fueron detenidos por orden de la Audiencia Nacional, acusados de blanquear dinero para financiar el terrorismo islamista.

El 19 de enero de 2008 la Guardia Civil detuvo en Barcelona a 11 paquistaníes, acusados de planear atentados suicidas contra el metro de la ciudad catalana en respuesta a la presencia de tropas españolas en Afganistán. La colaboración de los servicios secretos franceses con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) resultó fundamental para desbaratar el plan terrorista. A los detenidos se les intervino material para la fabricación de explosivos.

El 10 de junio de 2008, la Policía Nacional detuvo en Barcelona, Castellón y Pamplona a ocho argelinos. La denominada Operación Submarino desarticuló una célula islamista relacionada con la financiación del terrorismo internacional, la captación de yihadistas y el apoyo logístico a integrantes de grupos pertenecientes a la estructura de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). El 1 de agosto otro hombre fue detenido en Alicante acusado de ser el responsable de las actividades logísticas y financieras de este grupo.

El 1 de julio de 2008, cuatro presuntos financiadores de Al Qaeda fueron detenidos en Huelva y en Guipúzcoa por la Guardia Civil, y se desarticuló una célula radical vinculada a la financiación del terrorismo islamista, singularmente a través del Reino Unido. Los detenidos obtenían el dinero de negocios vinculados a la delincuencia común (falsificación de documentos y de ropa o tráfico ilegal de vehículos).

El 17 de febrero de 2009, la policía detuvo en Granada a un militar y a su novia, de origen ruso, acusados de editar y difundir vídeos de contenido yihadista en los que se incitaba a cometer atentados en España y en los que llamaban a recuperar Al Andalus. Los arrestados en esta operación, dirigida por el juez Garzón, actuaban con identidades ficticias y habían colgado 11 vídeos en un portal de Internet.

El 5 de marzo de 2009, la Guardia Civil detuvo en Tarragona a un joven marroquí por su presunta vinculación con la banda yihadista denominada Fatah Al Andalus, que preparaba atentados contra intereses turísticos en Marruecos. Según los investigadores, propuso cometer atentados en España.

El 21 de mayo de 2009, la policía detuvo en Bilbao a 12 argelinos de Orán y a un iraquí, todos investigados por presunta financiación de las actividades terroristas de AQMI en Argelia a través de narcotráfico y robos.

El 14 de noviembre de 2009, la Guardia Civil detuvo en Pamplona a un ciudadano argelino presuntamente relacionado con una organización islamista con ramificaciones en varios países europeos. El arrestado, contra quien pesaba una Orden Europea de Detención, prestaba apoyo logístico y financiero a células yihadistas argelinas. El arresto se produjo en el marco de un operativo internacional coordinado por Italia en el que fueron detenidas 10 personas.

El 30 de noviembre de 2009, ocho paquistaníes fueron detenidos en Barcelona por su presunta vinculación con redes del terrorismo islamista en Pakistán. Los arrestados falsificaban documentos, en especial pasaportes, que eran enviados a países asiáticos para su posterior utilización por parte de grupos yihadistas paquistaníes, entre ellos, el grupo Lashkar e Toiba, acusado de perpetrar los atentados de Bombay en 2008. La operación también incluyó detenciones en otros países europeos.

El 28 de agosto de 2010, la Guardia Civil detuvo en Alicante a un marroquí por su presunta relación con Al Qaeda. El arrestado, que llevaba siete años en la provincia, supuestamente reclutaba a aspirantes a terroristas a través de Internet, y también colaboraba en la financiación del terrorismo. Además, se le acusó de haber actuado como facilitador de rutas de tránsito de posibles yihadistas hacia zonas de conflicto como Afganistán, y como coordinador de envíos de voluntarios a esas zonas.

El 17 de agosto de 2011, un marroquí fue detenido en La Línea de la Concepción (Cádiz) por su presunta relación con la red terrorista AQMI. Se le acusó de ser el administrador y probable propietario de un foro yihadista en el que había manifestado que quería envenenar reservas de agua para consumo humano en complejos turísticos y viviendas. También fue acusado de pertenencia a banda armada por las conexiones detectadas con AQMI.

El 27 de marzo de 2012, un hombre de nacionalidad saudí residente en España fue detenido en Valencia por la Guardia Civil. Mudhar Hussein Almaliki, conocido como el bibliotecario de Al Qaeda, era miembro activo de importantes redes globales de apología de la Yihad. Según las investigaciones, pasaba casi todo el día encerrado en casa dedicado a la gestión de webs de adoctrinamiento y captación de terroristas que también facilitaban el transporte de muyahidin voluntarios a países como Afganistán.

El 26 de junio de 2012 fueron detenidos en Melilla dos individuos relacionados con la secta integrista Takfir wal Hijra (Anatema y Exilio), acusados de un doble asesinato en Marruecos en 2008.

El 2 de agosto de 2012 tres presuntos miembros de Al Qaeda de origen checheno fueron detenidos en Cádiz y Ciudad Real. La policía sospechaba que estaban planeando cometer un atentado en España o en otro lugar de Europa y la operación se anticipó ante la posibilidad de que salieran del país. Aunque en su momento el ministro del interior, Jorge Fernández Díaz, convocó una rueda de prensa donde dijo que los sospechosos contaban con explosivos suficientes "para volar un autobús", el 25 de marzo de este mismo año los tres supuestos terroristas fueron puestos en libertad por falta de pruebas.

El 12 de febrero de 2013, el juez Javier Gómez Bermúdez envió a prisión a Mohamed Echaabi, presunto miembro de Al Qaeda de 22 años detenido en Valencia. En su auto, el juez consideraba a Echaabi como un lobo solitario, mientras que fuentes de Interior lo acusaron de estar supuestamente planeando atentar contra un alto cargo árabe en España y otros objetivos.

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