La gran figura del consenso logra aunar a la sociedad española en su despedida

La política, la universidad y la familia, los tres ámbitos en los que se desarrolló la vida de Gregorio Peces-Barba, se han unido este mediodía en el cementerio de Colmenarejo (Madrid) para despedirse del que fuera ponente de la Constitución, expresidente del Congreso, exrector de la Universidad Carlos III y Alto Comisonado para las Víctimas del Terrorismo, por citar algunos de los puestos clave que desempeñó a lo largo de su vida.

Decenas de personas ha acompañado a pie los restos mortales de Peces-Barba, desde su casa familiar hasta el cercano cementerio local, donde se han congregado medio millar de asistentes. Como se había constatado a lo largo de la mañana en el chalé familiar donde estuvo abierta la capilla ardiente, Peces-Barba ha suscitado el mismo consenso que él defendió en vida entre quienes acudían a expresar sus condolencias a la hora de glosar su figura. "Un gran español", por sus servicios a España, "un buen hombre", por su talla personal, "un hombre sabio" por su aportación académica, han sido algunos de los comentarios que más se han repetido.

Pero, más que las palabras, han sido las presencias las que mostraban el respeto que despertaba, al unir junto a la familia a personalidades de todos los ámbitos de la política, la cultura, la universidad y, en general, la sociedad española. Desde el príncipe Felipe al banquero Emilio Botín, el juez Fernando Grande-Marlaska, el secretario de CC OO, Ignacio Fernández-Toxo, o rivales políticos como la ministra de Sanidad, Ana Mato, en representación del Gobierno, el portavoz popular, Alfonso Alonso, o el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaria.

Estaba, como no podía ser de otra manera, la plana mayor del PSOE, desde su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, la visecretaria, Elena Valenciano, el secretario de Organización, Óscar López, pasando por los portavoces parlamentarios, Soraya Rodríguez y Marcelino Iglesias. También el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, y muchísimos exministros de todos los Gobiernos socialistas: Alfonso Guerra, Pedro Solbes, María Teresa Fernández de la Vega, José Bono, Carme Chacón o Ramón Jáuregui, entre otros. Y, sobre todo, militantes de a pie de su federación, la de Madrid. Algunos de ellos portaban capullos de rosa rojos, que echaron sobre el féretro.

Antes, las últimas palabras de recuerdo llegaron desde sus tres facetas vitales, como señaló su hijo: han hablado desde la política Alfonso Guerra y Tomás Gómez; desde la universidad, uno de sus discípulos; y desde la familia, una sobrina.

Guerra ha sido muy duro al señalar la "sangrienta cacería de un hombre bueno", que sufrió como alto comisionado de las víctimas. Gómez ha recordado que Peces-Barba hizo suya la máxima de don Quijote: "Un caballero no puede permitir que sus palabras sean más grandes que sus actos".

No han sido los únicos mensajes de homenaje y gratitud a Gregorio Peces-Barba. Desde primeras horas de la mañana, se han sucedido a las puertas del chalé familiar de Colmenarejo los mensajes de recuerdo.

"Aprendí de Gregorio Peces-Barba a no tirar jamás la toalla", ha afirmado Alfredo Pérez Rubalcaba, el secretario general del PSOE, partido donde militaba el recientemente fallecido ponente de la Constitución. "Es la parte de su legado más importante para los españoles en este momento", ha recalcado el líder socialista, visiblemente emocionado. "Así vamos a actuar los socialistas".

Poco antes, el Príncipe, que ha permanecido cerca de 20 minutos en el chalé familiar de Gregorio Peces-Barba, al que llegó conduciendo su propio vehículo, ha destacado el papel de "servidor público en momentos muy difíciles para España" que tuvo el ponente de la Constitución al saber dirigir el trabajo de la comisión constitucional hacia el consenso por el que la Transición Española será recordada. 

El Príncipe ha explicado que ha querido transmitir en persona a la familia de Peces-Barba el dolor de la Casa Real, pese a que ya anoche los Reyes hablaron por teléfono con ellos. "Siempre estaremos en deuda con él", ha agregado don Felipe, que ha recordado el acontecimiento tan especial que siempre compartió con el catedrático porque, como presidente del Congreso, fue quien le tomó juramento como Príncipe de Asturias en 1986.

También ha recordado que, cuando se encontraban, rememoraban con cariño ese "momento simbólico" para él, tan "emocionante". Además, ha destacado su cualidad como "fuente de conocimiento y aprendizaje" y su generosidad con quienes se acercaban a él.

Además, del Príncipe han visitado a la familia esta mañana el abogado Antonio Garrigues Walker, uno de los fundadores de UCD, el presidente del CVonsjeo d Estado, José Manuel Romay Beccaría, así como el hijo del expresidente Adolfo Suárez, Adolfo Suárez Illana, y la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril. La Defensora ha agradecido a Peces-Barba su responsabilidad en la creación de la institución que ella preside, pero sobre todo la importancia del papel que desempeñó en la elaboración de la Constitución. "Le debemos mucho, por eso he venido a rendirle un pequeño homenaje, de gratitud", ha recalcado. "Fue un buen, gran español".

Junto al féretro del que fuera presidente del Congreso, han coincidido otros tres titulares del mismo cargo: el segundo que lo ocupó en democracia, Landelino Lavilla; el último, Jesús Posada; y la primera mujer en presidir la Cámara, Luisa Fernanda Rudí. La que también fue la primera mujer en presidir el Senado, Esperanza Aguirre, ha sido de las pocas que ha resaltado la divergencia de sus posiciones políticas con el fallecido profesor: "Desde la discrepancia, todo el respeto y la solidaridad con el dolor de la familia". Además, ha señalado la "gratitud de todos los madrileños" por el trabajo de Peces-Barba al frente de la Universidad Carlos III que, ha admitido, fue obra suya. Aguirre también ha reconocido todo lo que el expresidente del Congreso hizo por Colmenarejo, la localidad donde estaba su casa familiar.

Ese recuerdo también lo han tenido muchos vecinos del municipio, que casi de incógnito y sin haber sido expresamente invitados, han acompañado al féretro hasta el cementerio y han asistido a su último homenaje.