Una diputada marcada por su apellido
Andrea Fabra ha hecho su carrera política de la mano de su padre, Carlos Fabra
Andrea Fabra, la diputada que tiene encendidas las redes sociales por el “que se jodan” pronunciado desde su escaño en el Congreso durante el anuncio de los recortes a funcionarios y a las prestaciones por desempleo, es hija de Carlos Fabra, presidente del PP de Castellón e imputado por los presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho y fraude fiscal. La investigación le salpicó, porque “no es infrecuente que el eventual lucro obtenido trate de ocultarse en la esfera familiar”, tal como señaló la justicia, pero su posible implicación fue cerrada de forma rotunda.
La parlamentaria se había significado, hasta ahora, por una actitud prudente y cautelosa, a sabiendas de que todos sus gestos y palabras son diseccionados por ser hija de Carlos Fabra. No se le ha visto figurar y huye de polémicas, que hasta ahora esquivaba con habilidad. Tiene un trato amable y educado. Pero quizá el supuesto anonimato que da formar parte de una amplia bancada fue lo que el miércoles le llevó a desatarse, en una actitud mucho más tensa que la de su compañero de escaño y de candidatura, sentado a su izquierda, Manuel Cervera. Porque, hasta ahora, tampoco se la conocía por utilizar improperios, que sí han sido una constante en el quehacer de su padre.
“Qué hijo de puta”, se le oyó en referencia al líder de la oposición en la Diputación de Castellón. “Payasos”, tildó a los diputados cuando le fiscalizaban su gestión o el “me sacaré la pirula y mearé en la sede de Izquierda Unida”, que dijo cuando se le reprochó la suerte que le ha acompañado en el juego de la lotería, en el que ha obtenido hasta nueve premios.
"En democracia, los cargos no se heredan", dijo cuando fue designada como candidata al Congreso
“En democracia, los cargos no se heredan, se ganan en unas elecciones”, dijo esta licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid cuando su padre impuso su nombre como número dos de la candidatura que nunca, pese a los continuos intentos, logró encabezar. La familia de los diputados no tendría por qué ser reseñable (no es familiar del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra) pero, en este caso, la mayor de las hijas de Fabra ha ido siempre de la mano de su padre, y son muchas las voces, también dentro del PP, que tienen claro que no hubiera llegado a ese puesto de no gozar de ese parentesco.
Andrea Fabra tiene 39 años, está casada con el exconsejero de Esperanza Aguirre, Juan José Güemes y tiene tres hijas, entre las que se encontraban quienes acudieron a la inauguración del aeropuerto “peatonal” de Castellón y a los que el propio Fabra se dirigió preguntándoles “¿Te gusta el aeropuerto del abuelo?”.
Andrea Fabra es diputada por Castellón. Lo fue en la anterior legislatura y lo es en esta. Antes, fue senadora por designación territorial, es decir, no elegida en unas elecciones sino a propuesta de su propio partido y sometida a una votación en las Cortes valencianas, donde el PP tenía mayoría absoluta y cuando su único puesto había sido el de una vocalía en el comité ejecutivo provincial del PP.
Ricardo Costa, entonces secretario regional del PP de la Comunidad Valenciana justificó su designación destacando los años de militancia en el partido, la pertenencia a sus órganos de representación y en el hecho de que tiene “todos los derechos y todas las cualidades” para acceder a este cargo, según dijo. Además, Costa sostuvo que los senadores territoriales constituyen un “nuevo activo” para el partido, que trasladará a la Cámara alta “la voz de todos los valencianos” ya que conocen “milimétricamente” las necesidades de la Comunidad Valenciana y las necesidades que hay que demandar al Gobierno central.
En cualquier caso, Andrea Fabra reside en Madrid desde hace años, tras su matrimonio con Juan José Güemes. Su padre deja mañana la presidencia provincial del PP de Castellón. Después de más de ocho años imputado, lo hace por decisión propia porque durante todo este tiempo se ha negado en rotundo a presentar su dimisión. Hoy, los partidos de la oposición y las redes sociales claman por la dimisión de Andrea Fabra.
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