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“Sin la minería, y con la situación económica actual, no tengo futuro”

Miles de manifestantes recorren el centro de Madrid en apoyo a la 'marcha negra' del carbón El Ministerio de Industria ha recortado este año un 63% las subvenciones del sector

María Sosa Troya
Miles de manifestantes apoyan a los mineros en Madrid.
Miles de manifestantes apoyan a los mineros en Madrid.Bernardo Pérez

Soria, pásate de ministro a enterrador, que se te da mejor, reza una pancarta de color negro en forma de ataúd que transporta María Isabel García, asturiana de 43 años. RIP. Aquí yace la minería. Al lado, una foto del ministro de Industria. Es una de los miles de personas que se han manifestado esta mañana para apoyar la marcha negra, que el pasado 22 de junio inició un recorrido de más de 400 kilómetros rumbo a Madrid para protestar por el recorte del 63% en las subvenciones para el carbón en 2012. Según denuncia el sector, supondrá el cierre de las minas de Asturias, León, Palencia, Aragón y Castilla-La Mancha. Francisco José García, de 24 años, se lamenta: "Sin la minería, y con la situación económica actual, no tengo futuro. Por eso estoy aquí: no tengo nada que perder".

Luis Arias, bibliotecario de 50 años: "Apoyar a los mineros es lo más digno que he hecho en años"

A la altura del número 81 del paseo de la Castellana, los manifestantes comienzan a aplaudir. Desde un balcón de la sexta planta del edificio, dos limpiacristales también lo hacen. "Que viva la lucha de la clase obrera", corea la multitud. Y es que la reivindicación minera se ha convertido en un símbolo de las protestas sociales en contra de los recortes del Gobierno. Raúl Bellas, de 51 años, se dedica a la industria y lo resume así: "Aquí está representada la dignidad de los trabajadores. Este es el principio de algo importante. Lamentablemente ahora tenemos más miedo que hambre. La cosa cambiará cuando tengamos más hambre que miedo". A unos metros de distancia, en el número 160, una lluvia de plátanos caía minutos después sobre los agentes antidisturbios que cercaban el Ministerio de Industria, donde terminaba el recorrido de la manifestación, que había comenzado en la plaza de Colón. Tras el lanzamiento de petardos por parte de los participantes en la protesta, los policías cargaron. Hasta entonces, todo había ido bien.

Francisco José García, minero de 24 años: "Si no conseguimos nada, volveremos a casa con la

"He perdido un día de mis vacaciones, pero estoy convencido de que esto es lo más digno que he hecho en años", comenta Luis Arias, de 50 años, oficial en una biblioteca. Toda su familia ha trabajado en la mina, "en León es difícil que alguien no esté vinculado al sector". Muy cerca de él, sonidos de gaita. Es Víctor Corrales, de 40 años, que participó en la columna norte de la marcha negra y ha acompañado a los mineros en su camino hasta la capital. "Lo más gratificante ha sido el apoyo de la gente. Espero que el Gobierno abandone su actitud dictatorial y ceda", relata.

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Sombreros, abanicos y agua, mucha agua, se convirtieron en las armas perfectas para combatir las altas temperaturas. Las cuatro horas de marcha no son comparables a las más de dos semanas que los mineros han pasado caminando. "Han sido unos 450 kilómetros", comenta Corrales. Pero en la manifestación no solo hay personas ligadas al sector del carbón. Francisco Serrano, jubilado de Madrid de 76 años, defiende fervientemente la causa: "Es una reivindicación justa. El injusto es el Gobierno". David Flórez, minero de 26 años, coincide con él. Ataviado con su casco, que está firmado por los compañeros de la columna de la marcha negra procedente de Aragón, recuerda que hay "mucha gente que no sabe hacer otra cosa". Lo tiene claro: "Acabar con la minería supondrá el fin".

Francisco José García quiere continuar la lucha hasta el final: "Si no conseguimos nada, podremos volver a casa con la cabeza bien alta, pero hay que seguir con las movilizaciones hasta donde sea necesario. Solo pedimos que se cumplan los acuerdos que ya están firmados. Si no, perderemos nuestro empleo". Javier Álvarez, de 43 años, también minero, insiste en que son más de 8.000, muchos de ellos dependientes de una subcontrata, los que se quedarán sin puesto de trabajo, "más de 50.000 familias afectadas". Ha salido a las tres de la mañana desde Tineo, Asturias.

"Me siento muy decepcionado e impotente", dice José Ramón Cerezales, alcalde del Partido Popular

Un total de 500 autobuses han llegado desde las cuencas mineras para asistir a la manifestación. De ellos, 13 han salido de Fabero, un pueblo de León cercano a Ponferrada en el que 300 personas se ven directamente afectadas por los recortes al sector. "Indirectamente, va a repercutir en todo el municipio", sostiene su alcalde, José Ramón Cerezales, del Partido Popular. "Me siento totalmente decepcionado y engañado por mi grupo. El ministro de Industria no conoce el sector, ni se ha preocupado en conocerlo. Además, tiene una actitud prepotente. Ante esto, solo puedo sentirme impotente".

Aurora Fernández, enfermera de 26 años, porta su botella de agua ya vacía. Toda la familia de su novio trabaja en el sector del carbón y critica la actitud del Gobierno, "ejemplarizante", convencida de que no quieren ceder por miedo a que haya protestas de otros sectores sociales. "Esto no es solo política. Aquí hay gente de todas las opciones y tendencias", comenta. Elsa Osaba, madrileña jubilada, le da la razón: "La de los mineros es ya la lucha es de todos. Lo curioso es que la derecha ha conseguido unirnos".

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Sobre la firma

María Sosa Troya
Redactora de la sección de Sociedad de EL PAÍS. Cubre asuntos relacionados con servicios sociales, dependencia, infancia… Anteriormente trabajó en Internacional y en Última Hora. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cursó el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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