La irresistible llamada del servicio público
El Gobierno del PP se nutre de la élite de la alta burocracia del Estado Abogados del Estado dejan la empresa privada y altas remuneraciones por la Administración
Siempre ha sido así. La Administración española se ha nutrido de los altos cuerpos del Estado, también en el franquismo, singularmente de abogados del Estado y técnicos comerciales y economistas del Estado. La intensidad y la cantidad es lo que cambia con los distintos gobiernos y se constata una mayor presencia de estos altos funcionarios cuando el poder lo tiene el PP que cuando lo ostenta el PSOE. En esta ocasión, además, hay otra peculiaridad, cual es el nombramiento de abogados del Estado de una misma promoción; la que salió en 1996. “Fue una añada excelente”, señala otro abogado del Estado de una generación mayor que la que encuadra, entre otros 35, al recién elegido presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, y a su mentor, y pieza clave del grupo, Jaime Pérez Renovales, subsecretario del Ministerio de la Presidencia. Son la promoción a la que pertenece Iván Rosa, el esposo de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también abogada del Estado, aunque no de la misma promoción.
Un abogado del Estado tiene una preparación jurídica, de derecho privado y público, impresionante” Funcionarios de otros cuerpos
Esta se ha venido en llamar “La Gloriosa” y sus componentes, que están entre los 42 y los 45 años, tiran unos de otros. No es fácil encontrar una crítica a la presencia de estos funcionarios de élite en la estructura de Gobierno. Todo son parabienes hacia su cualificación. “Un abogado del Estado tiene una preparación jurídica, de derecho privado y público, impresionante”, señalan funcionarios de otros cuerpos.
La mayoría de ellos ha abandonado la empresa privada para pasar a la Administración, con un descenso económico muy notable. “Ocurre que la mayoría de ellos se consideran ante todo servidores públicos y en este grupo concreto se ha producido el efecto llamada”, explica un miembro del Gobierno. Pérez Renovales llamó a González-Echenique, pero desde principios de año el grupo de La Gloriosa se fue diseminando por los ministerios; como subsecretarios, o secretarios generales. A los citados hay que añadir al Subsecretario de Economía, Miguel Temboury, y a Marta Silva, directora del Servicio Jurídico del Estado. Aprobaron esa oposición Luis Aguilera, subsecretario del Interior, y Lourdes Centeno, secretaria general técnica de Economía.
De manera privada, entre ellos, en tono de broma pero sin mofa, se les escucha decir que su presencia en la Administración se explica por “patriotismo”
En la dirección general de Deportes está otro compañero del cuerpo de abogados del Estado, David Villaverde, que comparten experiencias en las cenas que celebra el grupo con los componentes de dentro y fuera de la Administración. En cualquier momento pueden estar en otro lugar. Los abogados del Estado “entran y salen de la empresa privada a la Administración a lo largo de su vida”, relatan otros más veteranos que han tenido esa peripecia vital. “El PP cuando gobierna se nutre de la alta burocracia del Estado, y hay que perseverar en ello porque de lo contrario se cuelan los compromisos de partido, al margen de la preparación que tengan, que no siempre es la más deseable". Esto lo dice un miembro del Gobierno, también perteneciente a un alto cuerpo del Estado. Qué puede mover a los abogados del Estado de la Gloriosa a aceptar ir a la Administración a puestos relevantes, sí, pero en el anonimato y perdiendo dinero? Esta pregunta formulada a varios de ellos y a otros técnicos comerciales y economistas del Estado, es respondida en el mismo registro, además, de la vocación por el servicio público: la atracción por la política. De manera privada, entre ellos, en tono de broma pero sin mofa, se les escucha decir que su presencia en la Administración se explica por “patriotismo”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.