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Rajoy carga contra Monti y exige prudencia a otros líderes europeos

El presidente descarta una intervención de España Pide al PP que se olvide del “ruido” porque él tiene el rumbo claro y apoyos

Carlos E. Cué

Mariano Rajoy reapareció este miércoles con fuerza para intentar recuperar el pulso perdido en los últimos días y tratar de ofrecer una sensación de poder en un momento en que la prima de riesgo seguía disparada y el caos informativo del Ejecutivo estaba poniendo seriamente en cuestión su imagen de credibilidad y confianza. El presidente, en un discurso a sus diputados televisado para la prensa, cargó inesperadamente con dureza, aunque sin citarle expresamente, contra Mario Monti, el primer ministro italiano, que la noche anterior, en el avión de vuelta de El Cairo, responsabilizó de la situación de la prima de riesgo italiana a los problemas en España. Un análisis muy extendido en la prensa financiera y no solo italiana estos días.

“La situación de la zona euro y los mercados es de enorme complejidad”, explicó Rajoy en un tono preocupado. Y fue ahí, en ese contexto sobre lo difícil y complicado que está siendo explicar sus presupuestos y sus recortes, cuando quiso acordarse de alguno de sus teóricos socios y amigos europeos. Y lo dijo lo suficientemente claro para que se entendiese contra quién estaba hablando. “Ha habido declaraciones de algunos dirigentes europeos, anoche de nuevo. Quiero decir que nosotros, el Gobierno de España y los españoles, no vamos contra nadie. Nosotros no hablamos de otros países. Nosotros a todos los países de la Unión Europea les deseamos lo mejor. Lo que es bueno para España es bueno para la zona euro. Todos tenemos problemas, y nosotros trabajamos para solucionar los nuestros, pero también para ayudar a la zona euro, y esperamos que los demás hagan lo mismo, que asuman sus responsabilidades y que sean prudentes en sus afirmaciones. Todos tenemos una gran responsabilidad, queremos una Europa fuerte en un euro fuerte”.

La agenda reformista de Rajoy

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha detallado lo que ha llamado "agenda reformista" del Ejecutivo y que compone una lista de deberes que tienen pendientes sus ministros. Son éstos:

- Medidas contra el fraude fiscal, que se aprobará el viernes en el Consejo de Ministros.

- Medidas contra el fraude laboral y en la Seguridad Social, este mismo mes.

- Reforma de la Sanidad, este mes.

- Reducción del gasto educativo, este mes.

- Reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en mayo.

- Reforma del sistema financiero.

- Sacar al mercado viviendas de promotores.

- Reforma del sistema de alquiler de viviendas.

- Privatizaciones del sector público.

- Reforma del sistema energético.

- Ley de Emprendedores.

- Reforma de las Administraciones Públicas y las duplicidades.

- Fomentar el mercado único en España.

- Ley de Costas.

- Decisiones en investigación y desarrollo.

- Ley de televisiones autonómicas.

- Ley de tasas judiciales.

- Ley de Transparencia.

Era la segunda vez que Monti criticaba a España; la última se resolvió con una enorme tensión entre Roma y Madrid y finalmente una nota explicativa del Gobierno italiano, y después con una reunión bilateral en Seúl. Esta vez Rajoy ha saltado directamente. Pero el presidente también se podía referir a su supuesto aliado Nicolas Sarkozy, que estos días ha criticado varias veces a España.

Fuentes del Ejecutivo admiten que este tipo de declaraciones, y en especial la de la semana pasada de Mario Draghi, gobernador del BCE, hacen mucho daño a la imagen de España frente a los inversores. Rajoy mostró así su enorme preocupación, que estos últimos días trató de ocultar huyendo de la prensa o anunciando más recortes a través de comunicados.

El presidente no se quedó ahí. También quiso lanzar un mensaje claro para despejar el fantasma de la intervención que recorre España. Rajoy no citó expresamente esa palabra tabú, pero fue claro al descartar esa situación para España: “El año pasado nos gastamos 90.000 millones más, 2.000 euros por español. Esto hay que pedirlo prestado. Hay países en Europa que no pudieron financiarse”, señaló en referencia a los que fueron intervenidos (Grecia, Irlanda y Portugal) y remató: “Este no es el caso de España ni va a ser el caso de España en el futuro, quiero dejarlo claro. Por eso pido la mayor prudencia y responsabilidad posible”.

Rajoy no hizo ningún tipo de autocrítica, aunque en privado varios miembros del Gobierno admiten que la imagen de los últimos días no ha sido la mejor, y el propio presidente se rectificó a sí mismo admitiendo este miércoles dos breves preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso tras la salida el martes por la puerta de atrás del Senado.

El presidente sí aprovechó para pedir a los suyos que eviten lo que él llama “el ruido”, esto es, las críticas que se le hacen estos días al presidente, también desde la oposición o las polémicas en los medios por su ocultismo.

Rajoy se lo planteó así a los suyos: “Tenemos un plan, un rumbo fijo y cuatro años por delante. No hay que hacer caso al ruido ni entretenerse con cosas menores. No hay que distraerse con lo que solo dura 24 horas. Hay que concentrarse en lo importante. A nosotros lo único que nos importa es gobernar. Estamos viviendo el momento más difícil, el de los sacrificios compartidos sin frutos aparentes, pero los efectos se verán en el tiempo, y el empleo y el crecimiento llegarán, estamos poniendo las bases para el futuro. Hacemos las reformas porque es bueno para España”. También insistió varias veces en culpar al PSOE de la situación, único momento en el que los suyos le aplaudieron antes de la ovación final: “Nadie ha recibido una herencia como esta”.

A partir de ahí, el presidente, que claramente quería dar la imagen de la solidez de su mayoría absoluta rodeado de sus diputados —se ha referido varias veces a ese apoyo con el que cuenta y al respaldo que le dieron los ciudadanos en las urnas— enumeró las 18 reformas que tiene por delante: administración pública, sanidad, educación, privatizaciones del sector público (no ha aclarado cuáles), energía, o la ley de emprendedores... Esa oleada reformista comenzará este viernes con la aprobación de un plan contra el fraude fiscal.

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