Una de las testigos del 11-M denunció coacciones en su trabajo
Es una de las dos mujeres a las que periodistas del diario 'El Mundo' presuntamente presionaron para que se retractasen de su declaración
Una de las testigos protegidas a las que periodistas del diario El Mundo presuntamente presionaron para que se retractasen de su declaración en el juicio del 11-M —y exculpar así al terrorista Jamal Zougam, condenado como autor material de los atentados— denunció también haber sido coaccionada en su puesto de trabajo en unos grandes almacenes.
En el relato manuscrito que figura incorporado a la denuncia presentada el pasado día 20 en la Audiencia Nacional se señala que, tras la publicación en diciembre de 2011 por El Mundo de un reportaje en el que acusaban a estas testigos de engañar a la policía y de inventar el testimonio en el que inculpaban a Zougam, algunos compañeros hicieron comentarios llamándoles “estafadores” e “hijos de la bomba”, mientras pegaron en la pared las páginas del periódico.
En el cuarto de baño, según el relato, colocaron otro cartel en el que podía leerse: “Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos”.
La denuncia, presentada en la ejecutoria del proceso por los atentados del 11-M, está pendiente de que el tribunal se pronuncie. Fuentes de la Audiencia Nacional señalan que los magistrados tienen dos opciones: dar traslado al fiscal para que informe sobre competencia y fondo o, por el contrario, resolver de oficio, ya que los hechos denunciados —sean calificados como coacciones (artículo 172 del Código Penal) u obstrucción a la justicia (artículo 464 del citado código)— nunca serían competencia de la Audiencia Nacional sino de los juzgados de instrucción de Madrid.
Las mismas fuentes señalaron que, a pesar de los indicios existentes, el caso probablemente acabará sobreseído porque al final quedarán las palabras de las testigos protegidos contra las de los reporteros.
Los periodistas de El Mundo a los que alude la denuncia presentada en la Audiencia Nacional manifestaron ayer a través de sus cuentas de Twitter que están muy orgullosos de su trabajo, que es falso que presionaran a las dos testigos protegidas del 11-M y que la versión que facilitan ambas es mentira. El director del diario considera inverosímiles las versiones de ambas testigos, que aportan en la denuncia mensajes que recibieron en sus móviles de los periodistas de El Mundo.
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