Una izquierda en red
Izquierda Abierta pretende crear nuevos modos de participación política, flexibles y acordes con la cultura en red adquirida en la última década por los jóvenes
Izquierda Abierta, la nueva formación presentada este miércoles en Madrid, surge como un intento por crear nuevos modos de participación política, flexibles y acordes con la cultura en red adquirida en la última década por los jóvenes en España. Los mentores de Izquierda Abierta creen poder recobrar así la energía moral desplegada por los movimientos sociales, iniciados contra la guerra en Irak y que culminaron el 15-M hace ahora un año, para homologarse a ellos y contribuir conjuntamente a hallar una expresión de naturaleza política a la imponente fuerza surgida de la calle, según aseguran. Igualmente, esta nueva organización, de acuerdo con sus mentores, pretende atajar el apoliticismo que intermitentemente afloró en las asambleas de las principales plazas y barrios de España. Y esta pretensión obedece a que perciben un deslizamiento no sólo del movimiento 15 M, sino de la opinión pública socialmente sensible en general, hacia actitudes que consideran la política como su principal enemigo.
Aquí la cultura de la izquierda, de la que también participa Izquierda Abierta, ofrece una distinción entre la política para sí misma, la que ha llevado a la gente al hartazgo de la clase política y de una representación parlamentaria que parece considerar más o menos inútil, y la política en sí, la misma que vertebró laboriosamente en España hace 35 años unos fundamentos democráticos cuya rotura, perseguida por la derecha antidemocrática, es hoy un riesgo real que puede hacer involucionar la situación política hacia parámetros populistas o autoritarios, como cabe ver ya en la escena laboral. “Tan importante es luchar por el salario como luchar por la política”, dijo en la presentación de Izquierda abierta Gaspar Llamazares, parlamentario alrededor del cual se vertebra la nueva formación. Por su parte, el escritor Luis García Montero, alertó del alcance de la ofensiva de la derecha, “que no solo trata de destruir el estado del Bienestar, sino el Estado democrático en sí mismo”. Por ello, el apoliticismo, expresión indignada de la frustración ante una manera de hacer política “para sí misma”, se convierte en un enemigo de los intereses mayoritarios de la gente.
Mas, para atajar esa deriva hacia un apoliticismo que considera suicida por abrir la puerta populismo y al autoritarismo, la nueva formación propone un cambio estructural propio, que abandone las rigideces que han convertido los partidos políticos en máquinas burocratizadas al tiempo que abdicaban de la función de enseñar a la gente a defenderse. La nueva propuesta consiste en ofrecer una posibilidad de militancia abierta y en red, que recoja la experiencia de la gente, de los movimientos sociales, de su sensibilidad moral democrática y, “con todas las garantías de la diversidad y la pluralidad”, reiteraron en la presentación del miércoles, la ahorme mediante su transformación en fuerza política para defender tanto los salarios y los puestos de trabajo como los derechos democráticos y las libertades que consideran hoy gravemente amenazados.
Para acreditar su discurso, Izquierda Abierta cree preciso inaugurar un estilo de hacer política que Montserrat Muñoz, ex alcaldesa de San Fernando de Henares e impulsora, denomina “militancia amable” y que parece ideada para cortar el paso a la sangría perpetua de energías que la izquierda clásica pierde por la virulencia de sus luchas internas. Herencia tal vez de un arcano que algunos sitúan en el bolchevismo, el cainismo ha sido uno de los principales causantes del derroche de recursos al que ahora pretenden poner fin.
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