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El PP cuestiona la gestión de Camps

Fabra se distancia de su antecesor, que es criticado por el ministro Margallo

Francisco Camps ansía volver a primera línea política tras su absolución en el caso de los trajes. Y en su partido, el mismo por el que se “sacrificó” al dimitir como presidente de la Generalitat para no obstaculizar la victoria de Mariano Rajoy, no cesan de cuestionar su gestión. Las políticas que le convirtieron en barón plenipotenciario, con el PP en la oposición, hoy son ignoradas o criticadas abiertamente por sus correligionarios.

El último en hacerlo fue ayer el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien citó la Comunidad Valenciana entre los ejemplos de despilfarro en una entrevista en la Cope. “Gran parte de las comunidades autónomas han hecho gastos absurdos. España es el único país del mundo en el que hemos inaugurado aeropuertos peatonales, por poner un ejemplo”, dijo el ministro. Aunque luego matizó que no se refería al de Castellón —el único aeropuerto por el que no ha rodado aún ningún avión—, sino a otros aeródromos, como los de Ciudad Real y León. Pero García Margallo, que milita en el PP valenciano, añadió: “Yo he visto que la Comunidad Valenciana ha llegado a tener en Bruselas a sesenta y tantas personas, y yo no he llamado nunca a la oficina de la Generalitat [ante la Unión Europea] porque me resultaba más sencillo coger el teléfono y hablar con el consejero de turno”. Y es que lo que antaño era muestra de pujanza hoy es analizado en el PP como un exceso.

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Margallo cita a la Comunidad Valenciana entre los ejemplos de despilfarro

La Generalitat no ocultó su disgusto por la apelación del ministro a la Comunidad Valenciana, pero se limitó a declarar que su delegación en Bruselas ahora solo tiene diez personas, muy lejos de las 65 que durante años se justificaron por la defensa de los intereses ante la UE.

Y es que el actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, sin criticar abiertamente la herencia recibida de su antecesor Francisco Camps, lleva meses intentando distanciarse cuanto puede de ella. Ayer mismo, Fabra recordó que sigue negociando con el patrón de la fórmula 1, Bernie Ecclestone, un acuerdo para rebajar el coste del premio que se celebra en el circuito urbano de Valencia. Otra de las herencias recibidas de Camps, que justo antes de dimitir firmó un anexo para poder prorrogar el contrato con Ecclestone. Un gasto que hoy solo se puede pagar a duras penas.

Pese a ello, Fabra intenta desdramatizar la situación y ofrecer una imagen cercana, opuesta a la de su antecesor. Ayer, durante la visita a unos talleres donde se ultiman los monumentos de San José, un artista ofreció a Fabra, como muestra de la perfección de su técnica, un fajo de billetes de cartón piedra de los que arderán en Fallas. Fabra, sonriente, exclamó ante su consejero de Economía, Máximo Buch: “¡Para la deuda de los proveedores!”. Mientras, la azorada alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que ya ha tenido más de una polémica por los bolsos de Vuitton que supuestamente le han regalado, advertía: “Ojo con las bromas, que ahora se cuelga todo en Twitter”.

Y es que la etapa de Camps, donde el dinero corría a chorros y los excesos no preocupaban, ha dejado de ser motivo de orgullo en el PP.

¿La elección de Camps como sucesor ha sido su mayor error?, le preguntaba a Eduardo Zaplana el diario Información en una entrevista este fin de semana. “Las decisiones son decisiones. Uno las toma pensando que acierta; si no, no las tomaría”, respondía el expresidente valenciano y exministro de Aznar. Aunque finalmente admitía: “Hablar de Camps no ayuda a la Comunidad Valenciana”.

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