El tribunal rechaza las dos recusaciones de Garzón
La defensa asegura que el juicio no se puede celebrar al no caber la posibilidad de recurso
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que juzga desde esta mañana al juez Baltasar Garzón por haber ordenado las escuchas a los cabecillas de la red corrupta Gürtel, ha rechazado las recusaciones de los magistrados Luciano Varela y Manuel Marchena, planteadas por su abogado defensor, Francisco Baena Bocanegra. Se esfuma así la última posibilidad de que ambos jueces, que han instruido contra Garzón los otros dos procesos que tiene pendientes, sean apartados del tribunal. El interrogatorio de Garzón, que no contestará a los letrados de la acusación, comienza a las cinco de esta tarde.
La Sala Penal si ha admitido la audición de las cintas grabadas a los presos de la trama corrupta en conversaciones con sus letrados siempre que no hayan sido excluidas por decisión del Tribunal Superior de Madrid por afectar al derecho de defensa. Pero solo se oirán a puerta cerrada, y siempre que se justifique el interés que tiene para el proceso y la defensa aporte los tramos concretos que crea que interesan para el proceso. Asimismo, el tribunal ha aceptado que testifique un funcionario del juzgado Garzón que llevaba el caso Gürtel.
El proceso al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha comenzado esta mañana poco después de las 10,30 de la mañana, con el planteamiento de las cuestiones preliminares por parte de su defensor, Francisco Baena Bocanegra. El juez ha comparecido ante el tribunal en estrados, revestido de toga, junto a su abogado defensor, y no en el habitual “banquillo de los acusados”. A su llegada al Palacio de Justicia, ha sido saludado por un grupo de ocho jueces y fiscales de la Audiencia Nacional que le han dado ánimos. Alrededor de medio centenar de simpatizantes de organizaciones contra los “juicio de la vergüenza” han acaparado la parte destinada al público en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo donde se celebrar la vista. Aproximadamente un centenar de periodistas sigue el juicio en la sala de vistas y en el auditorio especialmente habilitado al efecto.
Garzón sufre una fuerte afonía, y tiene que hablar forzando la voz, como pudieron comprobar los informadores que hablaron con él antes de iniciarse el juicio, aunque no es por ese motivo por lo que no va a contestar a las preguntas de las acusaciones. El magistrado va a seguir la misma línea que en la instrucción, en que tampoco contestó a sus acusadores, dos de los cuales, José Antonio Choclán e Ignacio Peláez, fueron compañeros suyos en la Audiencia Nacional.
El magistrado se enfrenta a penas de 10 a 17 años de inhabilitación por presuntos delitos de prevaricación y uso de artificios de escucha, al haber ordenado grabar las conversaciones en prisión entre los cabecillas corruptos de la trama Gürtel con sus abogados. Mientras Garzón lo justificó en la necesidad de impedir el blanqueo de millones de euros por los cabecilla de la trama, éstos, sus abogados y el juez instructor Alberto Jorge Barreiro le acusan de haber vulnerado el derecho de defensa. Si es condenado, será expulsado de la carrera judicial.
El abogado de Garzón, Francisco Baena, había vuelto a plantear la recusación de los magistrados Luciano Varela y Manuel Marchena en el trámite de cuestiones preliminares, al entender que ambos están contaminados de falta de imparcialidad para juzgarle, dado que además han instruido contra Garzón la causa por su investigación de los crímenes del franquismo y el caso de los patrocinios de cursos jurídicos en Nueva York. En orden a dar cumplimiento al principio de doble instancia penal, ha pedido que la Sala Especial del Supremo pueda pronunciarse en apelación sobre la recusación de esos dos magistrados.
Baena se ha quejado de que el instructor Alberto Jorge Barreiro denegó “de una tacada” la mayoría de las pruebas solicitadas. Por ello, ha pedido a la Sala Penal la incorporación de las diligencias del Tribunal Superior de Madrid en las que el magistrado Antonio Pedreira prorrogó las conversaciones de los presos de la Gürtel con sus abogados, apenas “veinte días después” de que el caso Gürtel pasase de ser instruido por Garzón al Tribunal de Madrid. “Hay una línea de continuidad en la investigación por un juez que ha revisado la actuación de su compañero y proyecta su decisión hacia adelante”, ha dicho Baena.
Respecto al rechazo por el instructor Barreiro de la petición de certificación de causas en que se haya imputado a jueces, el defensor de Garzón dijo que él había examinado exhaustivamente los fondos jurisprudenciales y no hay ningún precedente de que se haya imputado a un juez por ordenar unas escuchas, lo que supone “una discriminación absoluta respecto a la situación de Garzón”.
El abogado del juez también reiteró que se traigan al proceso el disco duro del sistema de grabación penitenciario del sistema Maratón, para demostrar que el juez había “prevenido” el derecho de defensa. “Es necesario conocer en su integridad las grabaciones para poder determinar si ha habido derecho de defensa”. También pidió las conversaciones expurgadas del proceso, que el instructor opinó que incorporarlas supondría “una nueva lesión del derecho de defensa”.
Las acusaciones se opusieron a todas las peticiones. En líneas generales, dijeron que todas esas cuestiones se habían rechazado ya por el instructor o estaban resueltas por el tribunal. Respecto a la prueba de la prórroga de las escuchas por Pedreira, incidieron en que esa petición ya estaba “suficientemente resuelta” y en este juicio no se juzga a Pedreira. Los acusadores Ignacio Peláez, José Antonio Choclán y Pablo Rodríguez Mourullo se pronunciaron ron en contra de admitir la audición de las escuchas y abundaron en que Garzón había ordenado la grabación “genérica e indiscriminada” de todos los abogados, e incluso los que luego fueron imputados también podían ejercer el derecho de defensa.
El fiscal Antolín Herrero dijo que la posibilidad de pedir una segunda instancia en las recusaciones no era un “privilegio” de Garzón, sino una garantía, y que, en contra de lo asegurado por las acusaciones, el caso Gürtel de alguna manera era un caso que “va en paralelo” con el que se está juzgando en el Supremo. El fiscal se pronunció a favor de al audición de las cintas, ya que de lo contrario se incurriría en “una cierta indefensión” aunque limitando la publicidad a los medios de comunicación.
Tras el rechazo por el tribunal de la mayor parte de las cuestiones planteadas por la defensa, el tribunal ha fiando las cinco de la tarde para la reanudación de la vista, momento en que tendrá lugar el interrogatorio de Garzón.
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