Torres utilizó a Urdangarín para que el Instituto Nóos despegara
La fundación tenía una tarifa mínima de 100.000 euros para grandes empresas, según Vanity Fair
Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarin en el Instituto Nóos, utilizó la imagen del duque de Palma para hacer despegar su fundación e incrementar los precios de sus servicios de consultoría con administraciones públicas y empresas privadas. Así se recoge en el reportaje publicado por la revista Vanity Fair que, tras hablar con varios empleados de la entidad, asegura que el yerno del Rey y su socio acordaron no cobrar menos de 100.000 euros por los servicios prestados a grandes compañías. Torres y Urdangarin están siendo investigados por un juzgado de Palma por desviar parte de los fondos públicos obtenidos por la fundación que dirigían a favor de empresas de su propiedad.
“Urdangarin y torres se aprovecharon el uno del otro. Urdangarín necesitaba un maestro. Quería crecer profesionalmente y dejar de ser considerado el marido de la infanta Cristina. Torres, por su parte, vio que con Urdangarin podría conseguir más clientes y cobrar más”, según varios empleados de Nóos. Según esos trabajadores, Torres es “un hombre inteligentísimo pero cuya incapacidad para confiar en los demás le había impedido triunfar profesionalmente”, algo que solo logró al asociarse con el duque de Palma.
Sus empleados describen a Torres como un hombre “estricto y desconfiado” que tenía un concepto de lealtad “a la italiana. El concepto que los empleados tienen de Urdangarin es, sin embargo, mucho mejor. Aseguran que contrarrestaba el lado más duro de su socio con “sencillez y humildad”. “Iñaki Urdangarin solo quería trabajar”, afirman. Ambos socios tenían una regla. No cobrar por sus servicios menos de 100.000 euros cuando sus clientes eran grandes empresas.
El reportaje da, además, algunos detalles sobre los acuerdos con administraciones ahora investigados por la justicia. Como el de los congresos Valencia Summit con la Generalitat Valenciana mientras la presidió Francisco Camps. El Gobierno valenciano recurrió a Nóos en 2004, tras la adjudicación de la Copa América, para que intentara involucrar económicamente a las empresas de la comunidad en ese evento. El acuerdo, finalmente, no se firmó, pero las conversaciones sirvieron de germen para los contratos que la Generalitat le adjudicó después por 3,7 millones.
El exconsultor de Nóos Xavier Agulló, asegura que Torres estaba obsesionado por “estandarizar y simplificar” los informes que realizaba la fundación para sus clientes con el objetivo de “crear modelos que vender después, con mínimos cambios, a diferentes clientes”. “Torres prefería hacer nformes de solo 20 páginas que rellenarlos de paja hasta las 150”, añade Agulló que, sin embargo, defiende la calidad de estos trabajos.
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