Mensaje exterior y temor a protestas
Rajoy da garantías a la Unión Europea Cospedal previene de la conflictividad social en cuanto digan lo que hay que hacer
“Vamos a ganar las elecciones, porque la gente está ya muy cansada, la gente no está para milongas”. Así que como considera que las elecciones generales ya las tiene ganadas, Mariano Rajoy se dedica ahora a lanzar mensajes al exterior.
Mensajes que le servirán para tranquilizar a los mercados y a la Unión Europea de que su futuro Gobierno seguirá las exigencias que le marquen y cumplirá los compromisos. Lo que él gusta en llamar “Gobierno serio”, que, a su vez define enfáticamente de forma tautológica: “Un Gobierno que haga lo que tiene que hacer”. Se acabó el actual Gobierno que define como “escaparate de figurantes”.
Él es la solución, viene a decir Rajoy cada día de forma machacona, y el solo hecho de que haya alguien tan serio y previsible como él dará la confianza para que la economía española sea respetada. Él mismo se presentó ayer como la garantía para “romper con la situación de la prima de riesgo”. “Ese es el reto para los próximos años”, ha añadido el candidato popular.
Se apoya en el precedente que cita de cuando José María Aznar, siempre según la interpretación del líder del PP, era respetado en Europa.
“Hay que mandar el mensaje a Europa de que las cosas se van a hacer bien, que España es un país serio y fiable que cumple sus compromisos, una de las grandes potencias, aunque durante unos años haya tenido un Gobierno que no estaba a la altura de las circunstancias”, resumió ayer en Santander, Ourense y al final Vigo. "Que sepan ahí fuera que en España está a punto de ganar un europeísta serio".
LA FIABILIDAD DE ESPAÑA
- Mariano Rajoy: "A Europa hay que decirle que España es un país serio y fiable que cumple con sus compromisos. Yo no quiero que cada vez nos alejemos más de los niveles de riqueza de Europa.
- "Fuera no se fían de nosotros y cada vez hay menos gente invirtiendo. Hay que romper con eso".
El Gobierno de Zapatero, según su relato, ha sido un paréntesis en esa falta de peso y respeto en Europa y su propósito es “opinar y participar y no que nos den órdenes”, es decir, tener posibilidad de estar a la altura de Alemania y Francia en la toma de decisiones.
Para ser serio y riguroso, Rajoy promete austeridad, reforma laboral y algo tan intangible como recuperar la confianza. Habla ante auditorios de entregados votantes que actúan como figurantes, porque los receptores de esos mensajes son los mercados y la UE, y no detalla si habrá recortes, qué sacrificios habrá que hacer o en qué consistirán sus planes urgentes de ajuste.
“Vienen tiempos difíciles” y “la situación es muy difícil, muy compleja y la tarea que tenemos por delante es gigantesca”, dice, pero a continuación añade mensajes positivos de refuerzo, de esperanza y de garantía de que sí podrá hacerlo.
¿Y además de su sola presencia en La Moncloa, qué tendrá que hacer para cumplir los compromisos con Europa? Él no lo dice, pero sí su número dos y presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, que desde Ceuta completó el razonamiento de Rajoy y aportó la cruz de la moneda al advertir de que las medidas que tendrán que adoptar provocarán protestas. “Algunos, los que no se han quejado nunca hasta ahora, van a protestar mucho cuando Rajoy diga todo lo que hay que hacer para sacar el país adelante”, dijo la secretaria general del PP, dando a entender que aún no han dicho lo que harán y, al tiempo, avisando de que no será nada fácil para los ciudadanos.
No obstante, según Europa Press, restó trascendencia a esa conflictividad social: “La mayoría de los españoles nos van a entender”.
Pese a todo lo que se le viene encima, Rajoy está feliz. Hasta una docena de veces en sus mítines de ayer repitió lo de “estoy muy contento”, aunque tres indignados distribuidos entre los asistentes intentaran reventarle por la noche el acto de Vigo. Y estaba también más suelto y complaciente. Ayer llegó a su tierra y antes, en Santander, vivió el mitin más participativo o, al menos, con más interrupciones de espontáneos. Uno de ellos le gritó algo que nadie entendió, ni siquiera el candidato del PP, pero Rajoy le respondió: “Estoy absolutamente seguro de que estoy de acuerdo con usted”. Todo por no molestar. Él es así.
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