Un país llamado Dilapilandia
Gracias a la campaña se recuerdan las obras faraónicas creadas sin fundamento alguno
La matanza del cerdo en San Martín de Pusa sirve para pagar las obras de la iglesia con la venta de su chacinería. Si no hay dinero no hay obra. La lógica de San Martín de Pusa parece excepcional en los tiempos que nos corrimos. Ahí está la denuncia escalofriante de Telemadrid.
El Centro de Creación de las Artes de Alcorcón (CREAA para los amigos) se ha tragado 120 millones de euros, y aún no se ha terminado, y, según el nuevo alcalde del PP —por si no lo sospechaban el anterior era del PSOE—, no se terminará. El ex alcalde Enrique Cascallana dijo que iba a ser “el Guggenheim de Alcorcón” y, al menos, en el precio, lo ha superado. El CREAA, que se inició en plena crisis (2008), alberga circo y cuadras para caballos, todo, por supuesto, para beneficio del pueblo.
Entre unos que sacan las miserias del PP y otros los del PSOE nos vamos enterando de por qué nos pasa lo que nos pasa, y que igual los famosos mercados son simplemente gente que quiere cobrar las deudas. La de Alcorcón, más de 620 millones.
Cada cual ha jugado a quien la tenía más larga... si Fraga con la Cidade de la Cultura…si Camps con su Ópera….si Avilés con su Niemeyer, Gijón con La Laboral y cada cual con su tele y su aeropuerto. Y ahora vienen los apretones. Se han dejado de los “beneficios intangibles” que iban a llegar con cualquier obra faraónica y se dedican a administrar la ruina.
El Gobierno de Canarias ha recortado un 65% el presupuesto de cultura. Solo la sociedad creada para la candidatura de Las Palmas como capital europea de cultura (ganó San Sebastián) adeuda 250.000 euros. Quizás para saldarla rápidamente ha decidido multar hasta con 60.000 euros a todo aquel que se lleve piedras de sus volcanes. En El Hierro continúan los sustos, y con ellos aumenta la afición de los turistas por llevarse un pedrusco.
Extremadura, que aún no tiene presupuestos, sí sabe que perdió en el festival de Mérida 773.000 euros. Al parecer, la mitad del público acudía por la jeró, o sea gratis. El principal informativo de Televisión de Extremadura abre con austeridad: el presidente de la comunidad, ahora del PP, no ocupará ni su oficina de Cáceres ni su oficina de Badajoz ni su vivienda en Mérida; y seguro que un sintecho no es.
Visto lo cual, el español prefiere ser funcionario a emprendedor. Más de 36.000 personas opositan a cubrir 153 plazas de policía de un país llamado Dilapilandia.
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