El programa de Pocoyó
El ideario electoral presentado por el PP y sus conexiones con el pensamiento del muñeco animado
Pocoyó no solo es un ídolo infantil. El personaje animado enfundado en su traje de felpa azul se ha convertido en el referente ideal de un político en campaña que aspire a gobernar. Pocoyó es molón, amigo de sus amigos, bienhablado, algo traviesillo para que no parezca demasiado ñoño y, sobre todo, no se moja. No le hace falta. En el universo idílico de Pocoyó no hay problemas relevantes. A lo más que unos sándwiches salgan corriendo cuando la pandilla se va de picnic o que se lleven un susto muy grande en Halloween. Y ese es precisamente el mundo que anhelan los políticos en campaña, un mundo de gomaespuma en el que todos sonríen al candidato y nadie hace preguntas delicadas. Ya habrá tiempo de dar explicaciones cuando toque gobernar.
Los internautas, que son unos obsesos mitómanos, no han tardado en darse cuenta del paralelismo entre la filosofía sanota de Pocoyó y el programa electoral del PP. A la analogía han contribuido decisivamente las declaraciones de José María Castillejo, el presidente y fundador de Zinkia Entertainment, la compañía que explota los derechos de la serie animada, que no quiere ni oír hablar de más impuestos: "Tú tócale las pelotas al rico, a ver cuánto tarda en marcharse"; "Los que han llegado allí no son tontos. Los ricos cogen su pasta y se van", “El 34% de los españoles mantenemos al resto. Es muy jodido”.
Estas perlas de Castillejo, que suma a su fama de emprendedor varios títulos nobiliarios como el de conde de Floridablanca, han servido a los tuiteros para crear la etiqueta #quepaguenlosricos, tomada de uno de los lemas del Movimiento 15-M, y dar su particular versión de la ideología de Pocoyó. @DonAire: Ya queda claro qué quiere decir Pocoyó: "Hablando de impuestos, poco yo y mucho tú, que sino me voy".
La acusación de que Pocoyó, en su versión más liberal, ha participado en la elaboración del programa electoral del PP no es del todo infundada. En el consejo de administración de la empresa que produce el muñeco hay reconocidos peperos, como Juan José Güemes, exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y miembro de la Ejecutiva Nacional del PP, y Alejandro Ballestero de Diego, diputado del PP por Toledo,
Puestos a buscar paralelismos, y sin querer caer en la irreverencia, Rajoy sería una mezcla de Pocoyó, en su calidad de protagonista, y de Pato, el asustadizo amigo del muchacho que odia meterse en líos. Completarían el elenco, la dinámica elefanta Elly como Cospedal y la fiel Loula como Soraya Saénz de Santamaría.
Estoy seguro de que si Pocoyó pudiera votar lo haría por el PP. Al personaje no le han tratado bien los mercados. Tuvo un estreno fulgurante cuando su compañía salió a Bolsa en 2009 pero luego pinchó. Así que le conviene el mensaje tranquilizador de Rajoy y su promesa de que saldremos de esta. Al que desde luego que no va a votar es a Gaspar Llamazares (IU) que advierte, citando al profeta Isaías, que “no habrá paz en los mercados”.
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